El Consejo analiza la emergencia económica del Real Zaragoza
El problema de tesorería de la SAD es ciertamente gravísimo, pese a dar otro año beneficios. Por su parte, Sáinz de Varanda ha expresado en la reunión su confianza en la inmediata reacción del equipo y mantiene todo su respaldo en el director deportivo Torrecilla.
El Consejo de Administración del Real Zaragoza ha mantenido esta tarde una larga reunión de marcado carácter económico, dada la gravísima situación de su tesorería, pese a que la sociedad anónima deportiva, como adelantó ayer AS, presentará a la Junta General de Accionistas de diciembre unos beneficios después de impuestos de la temporada 2020-21 de cerca de tres millones de euros, lo que supone el séptimo ejercicio consecutivo con superávit, quedando la deuda neta en unos 67 millones de euros. El problema de caja es ciertamente enorme, mientras el equipo se encuentra en descenso y sólo ha ganado un partido.
El calendario de pagos de esta temporada 2021-22 con la Agencia Tributaria o los pormenores y detalles del contrato todavía no firmado entre LaLiga y el fondo de inversión CVC, por el que el Zaragoza puede recibir algo más de 13 millones de euros, pero hipotecarse en gran medida para el futuro, han centrado la mayor parte de la reunión ordinaria de un órgano rector cada vez más dividido y enfrentado. Y es que el vicepresidente y consejero delegado, Fernando Sáinz de Varanda, sobrino del accionista mayoritario César Alierta, lleva un año frenando cualquier opción de venta de la entidad que signifique su salida y ahora mismo su único objetivo es buscar un préstamo de entre 40 y 50 millones de euros para refinanciar gran parte de la deuda a largo plazo, mientras que los accionistas principales de la entidad (la familia Yarza y Juan Forcén, además de Carlos Iribarren, que no es consejero desde 2019) defienden que éste es un proyecto agotado y que al Real Zaragoza hay que darle una solución global y definitiva en forma de venta accionarial lo antes posible.
El carácter ordinario del Consejo no ha evitado que, aunque en un segundo término, se haya analizado la grave crisis deportiva del equipo, con el director deportivo cada día más en el disparadero de la crítica por su alta responsabilidad en la confección de la plantilla. Miguel Torrecilla podría verse arrastrado si al final cayera Juan Ignacio Martínez, aunque el ejecutivo salmantino, que acaba su contrato el próximo 30 de junio y ha conseguido que se le fiche a su hermano y a otro colaborador dentro de su equipo de trabajo, tiene a su gran valedor en Sáinz de Varanda, que está plenamente convencido de que el Zaragoza remontará el vuelo y que dispone de futbolistas para pelear por el ‘playoff’ de ascenso.