RAYO VALLECANO - BARCELONA | LA INTRAHISTORIA

Koeman: noche negra en Vallecas

En la temporada 92-93, López Nieto le expulsó y Toni Polster, que hizo un hat-trick, volvió loco al holandés, que al menos hizo un gol de penalti. El Barça, con nueve, empato a tres.

Cerca de la Navidad de 1992, 20 de diciembre, el Barça, que defendía su título de campeón de Liga y de Europa esa temporada, pasó una noche de perros en Vallecas ante el Rayo Vallecano. Y, especialmente, su héroe de Wembley. Ronald Koeman vivió una de sus noches más difíciles como jugador del Barça. Nada más empezar el partido, en el minuto tres, dejó muerto un balón con el pecho en la frontal. Un error de esos que hoy como entrenador detesta. Toni Polster, delantero de tronío, lo burló con una pared y marcó el 1-0 para el Rayo. En el palco, mientras Nicolau Casaus fumaba tranquilamente un puro, José María Ruiz Mateos, el excéntrico dueño del Rayo, enloquecía.

Pero la cosa fue a peor. Stoichkov, que mantenía viejas cuitas con Pizo Gómez, lateral del Rayo, fue expulsado al cuarto de hora por doble amarilla. La primera, por darle por detrás a Pizo. La segunda, por adelantar un lanzamiento de falta en el lateral del área mientras López Nieto colocaba la barrera. Koeman llegó al lugar de los hechos para protestar la decisión. El árbitro malagueño lo recibió con una tarjeta amarilla. Polster hizo el 2-0 a la salida de un córner para el Rayo Vallecano y, ante la sorpresa del personal, López Nieto anuló un gol de cabeza de Nadal por supuesta falta en el salto. Poco después, 'compensó' la acción por una penalti light de Miguel a Salinas. Koeman no falló; 2-1.

Pero la noche podía ir peor para el holandés, que sacó a pasear la mano dentro del área para interrumpir un cabezazo de Polster, su pesadilla. López Nieto lo vio, acertó en la señalización del penalti y le sacó la segunda tarjeta amarilla, que dejó al Barça con nueve, y se fue a la carrera de Vallecas mientras Wilfred, mítico portero franquirrojo, le susurraba algo. Polster metió el 3-1. Sorprendentemente, y con dos jugadores menos, el Barça fue capaz de empatar el partido con goles de Bakero, después de un jugadón de Laudrup, y un remate agónico de Salinas.

La 'fiesta' siguió al final del partido. En los vestuarios, Pizo Gómez se despidió de Stoichkov llamándole Van Basten, que le había ganado el Balón de Oro de France Football. El búlgaro, que llamó "gilipollas" a uno de los asistentes de López Nieto según recogió el andaluz en el acta, aún andaba caliente. Koeman ya no estaba por ahí. Él se había pensando en la noche que le había dado Polster. Y en la roja que le había enseñado López Nieto.

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