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CELTA

El macroproyecto fantasma

La alcaldesa de Mos, gran aliada del presidente Carlos Mouriño, reconoce por primera vez que la nueva ciudad deportiva del Celta no va a disponer de un centro comercial.

Carlos Mouriño, presidente del Celta, conversa con Ana Pastor, Alberto Núñez Feijoo y Nidia Arévalo durante un acto organizado por el club vigués en diciembre de 2017.
Lalo R. VillarDiario AS

El sueño de Carlos Mouriño se ha topado con la realidad. La ciudad deportiva Afouteza se ve obligada a renunciar a contar con un centro comercial. Un nuevo varapalo, y el más duro, para el macroproyecto que desató la guerra sin cuartel protagonizada durante los últimos años por el presidente del Celta y Abel Caballero, alcalde de Vigo.

Nidia Arévalo, alcaldesa de Mos y gran aliada de Mouriño, ha sido la encargada de reconocer que el ambicioso plan diseñado desde A Sede no es posible. “Los informes de Fomento impiden desarrollar aquí el área comercial. Las puertas de Fomento están cerradas para Mos por orden de Vigo. Para completar la ciudad deportiva, la parte comercial debe quedar apartada", afirma la regidora mosense en Faro de Vigo.

Las declaraciones de Arévalo chocan frontalmente con el discurso de Mouriño. Sirvan como ejemplo las manifestaciones realizadas por el propietario del club celeste en febrero de 2019, cuando ya había serias dudas sobre el centro comercial: “Siempre hemos hablado de un proyecto único y es lo que vamos a hacer. Tiene que salir adelante y va a salir adelante”.

Casi todo por hacer

Al presidente céltico le toca ahora replantear su estrategia para desarrollar una ciudad deportiva que no va a poder contar con la parte que la iba a hacer viable económicamente. Inaugurada en noviembre de 2020, Afouteza dispone en estos momentos de tres campos de fútbol y se está construyendo un cuarto. Respecto al macroproyecto presentado en diciembre de 2017 faltan un pabellón, un campo de hierba natural, otros cinco de hierba artificial, espacios para otros deportes, una Universidad del Deporte…

Afouteza no solo tiene un problema financiero, también se encuentra en una encrucijada jurídica. El pasado mes de junio el Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 3 de Pontevedra anuló la licencia de los vestuarios y obligó a revisar la de los campos de entrenamiento.