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FÚTBOL

La estrella de Corea del Norte

Ri Il-Song, nacido en Corea del Norte, es considerado uno de los mejores futbolistas del mundo del año 2004. Quiere jugar en España, pero la pandemia le impide dar el salto.

La estrella de Corea del Norte
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El fútbol es uno de los corazones que late con fuerza en todo el planeta. En cada rincón del mundo, hay una pelota y una portería en la que se juega con la ineludible pasión del deporte y la ilusión de un niño que sueña con celebrar los goles en estadios llenos como hacen sus ídolos. Pero, desgraciadamente, no en todos los lugares los grandes talentos pueden desplegar todo su potencial y convertirse en estrellas. Quizás Corea del Norte sea uno de esos espacios. Y Ri Il-Song, protagonista de estas líneas, ya lo vive en sus propias carnes.

Como cada año, el diario The Guardian elabora una lista de los 60 mejores jugadores de cada generación. Esta vez, tocaba 2004. Es decir, la promoción de los futbolistas con 17 años. En la variopinta clasificación, siempre hay talentos de todas las posiciones, de todas las nacionalidades... Pero, desde luego, no es habitual ver a un norcoreano en ella. En un país donde las noticias son limitadas, la selección casi desconocida y los medios para brillar toda una incógnita, un futbolista ha roto todas esas barreras.

Se trata de Ri Il-Song y, como era de prever, apenas hay información sobre él. Es un extremo capaz de jugar en ambas bandas, veloz y con gol. No esperen encontrar porcentaje de pases ni un vídeo en Youtube con sus mejores jugadas. En esta ocasión, falla hasta BeSoccer, lo más cercano a enciclopedia futbolística que hay en la red. Después de bucear, se encuentra algún rincón recóndito que muestra un tanto suyo llegando al área desde el costado derecho, al primer toque. También su brillante actuación en los clasificatorios de las categorías inferiores, que cerró con cinco goles en tres partidos.

John Duerden, corresponsal en Asia de medios como ESPN o el propio The Guardian, habla de un futbolista con luz propia, que dejó huella en el Campeonato Sub-16 de la AFC en 2019. Los medios asiáticos le consideran como el nuevo Son Heung-min, uno de los mejores jugadores del planeta y defensor de la camiseta del Tottenham. Claro, que Son nació en Corea del Sur y Ri Il-Song, en Corea del Norte. Y, en este caso, los kilómetros marcan mucho más una carrera que la simbólica distancia en carretera.

España, su luz al final del túnel

La pandemia ha cerrado aún más Corea del Norte. El país tomó medidas drásticas para impedir que el coronavirus atacara a su población. Pero ese es otro tema. Ri Il-Song necesita cambiar de aires. Si se queda en su país natal podrá ser un brillante futbolista asiático, seguramente el mejor de sus fronteras, estrella de la selección y tendrá una brillante carrera. Pero los ojeadores y su círculo cercano son conscientes de que hay un talento especial, capaz de aterrizar en Europa y convertirse en un jugador de primera línea.

Y ese era el plan. Era, porque el coronavirus lo ha parado todo. Ri Il-Song tenía previsto venir a España para crecer futbolísticamente, ganar experiencia y abrirse al panorama internacional. Todavía no ha sucedido, debido a la pandemia. En Corea del Norte todo ha parado. The Guardian apunta a que lleva un año sin competir al máximo nivel, debido al virus. A su edad y teniendo en cuenta que nunca ha chocado con gigantes, puede ser una importante traba en su carrera deportiva. Pero continúa con la intención de salir, de abrir la puerta de hierro a balonazos. Quien sabe si será demasiado tarde para ser el nuevo Son. El del Tottenham lo tendría más sencillo, aunque cuando hay talento es más sencillo superar barreras.

Por el momento no hay movimiento y la información de Corea del Norte sigue llegando a cuentagotas. Su líder Kim Jong Un ha reconocido esta semana que el país se encuentra sumergido en una crisis económica, en parte derivada por el impacto de la pandemia. La delegación diplomática de Rumanía, única europea que quedaba en el país asiático, abandonó sus fronteras este mismo mes. A su vez, la Organización Mundial de la Salud ha comenzado a mandar suministros médicos para pelear contra el coronavirus. Se desconocen cifras, si bien Kim Jong Un apuntó el pasado mes de julio que existía "un caso grave que ha provocado una crisis importante" y que la "seguridad del pueblo y del país estaba amenazada". Por supuesto, se refería a la COVID-19.

El fútbol en tiempos de pandemia

El pasado mes de mayo, la federación de Corea del Sur informó que Corea del Norte se había retirado de la fase de clasificación para el Mundial de 2022, pese a que no estaba en mala posición para encontrar la plaza en Qatar. El motivo fue el temor a que sus jugadores se contagiaran y pudieran provocar un brote en el país. Además, la alta tensión entre ambas Coreas (aunque ahora han retomado relación) dificultaba la celebración de la mencionada fase de clasificación, programada para el mes de junio en Corea del Sur.

El último partido del combinado nacional data, por tanto, de noviembre de 2019. Curiosamente, un mes antes habían jugado contra Corea del Sur, en un derbi cerrado al mundo en el que apenas se conoce el resultado (0-0); que se disputó en la capital de Corea del Norte, Pionyang; los cambios, las amarillas y que se hicieron visados única y exclusivamente para los futbolistas y el cuerpo técnico del rival. No pudieron acudir ni periodistas ni aficionados, ni se emitió el partido por televisión. Un partido fantasmal... Tampoco enviaron ningún deportista a los Juegos Olímpicos.

La derrota ante Turkmenistán y el empate contra Líbano son las otras dos noticias de la selección de Corea del Norte antes de su retiro por pandemia. El país cerró sus fronteras al tráfico de personas, limitó las exportaciones desde China por miedo a que entrara el virus en ellas y ordenó a su ejército que disparase a todo aquel que se aproximase a su frontera. Entre tanto, el talento de Ri Il-Song, considerado uno de los mejores futbolistas del mundo nacido en el año 2004, desea cruzar y hacerse un jugador de élite en Europa. Su hora se aproxima, aunque el tiempo no perdona y, a sus 17 años, es consciente que debe dar ya el paso. ¿Será el nuevo Son Heung-min... de Corea del Norte?