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ALAVÉS

El Alavés, equipo de Primera con la plantilla peor valorada

El 'CIES Football Observatory' tasa al plantel albiazul en 46M de euros y la entidad gasta 38,8 millones de euros en su plantilla. Le superan Elche y Cádiz.

Los jugadores del Deportivo Alavés posan antes del partido ante el Athletic Club.
Juan Manuel Serrano ArceGetty Images

Casi siempre las situaciones complicadas tienen una explicación. El Deportivo Alavés es el segundo por la cola de la Liga Santander pero, en realidad, es el equipo con el valor más bajo de plantilla según un estudio anual que presenta anualmente el CIES Football Observatory. Esta entidad se hace eco de las cifras más significativas en el fútbol internacional. Oficialmente, los del Paseo de Cervantes disponen de un límite salarial de 42 millones de euros para la presente temporada.

La tasación del plantel albiazul, según ellos, es de 46 millones de euros, una cifra bastante inferior a la de otras entidades de Primera. El Elche y el Cádiz, sin ir más lejos, tienen una cotización de 63 millones. Y Osasuna, rival mañana en un amistoso en Tajonar a las 11 de la mañana, de 115 millones. El Rayo se ha hecho con los servicios de Falcao, el Espanyol pagó en su día 22 millones por Raúl de Tomás, el Eibar invirtió casi todo el dinero de las televisiones en su plantilla y resistió muchos años en Primera, el Elche se ha llevado a Lucas y el Mallorca a Battaglia, que interesaba en Vitoria.

Según las cifras oficiales del Alavés, la entidad gasta 38,8 millones de euros en su plantilla. De hecho, ya ha recurrido a los fondos CVC para poder salvar la situación. El presupuesto está cifrado en cerca de 60 pero hay otros proyectos en marcha que lastran la posibilidad de hacer grandes operaciones con jugadores: una universidad privada, la ampliación de Mendizorroza, obras en la ciudad deportiva, gastos compartidos en el Bakh (inicialmente sólo del Baskonia de baloncesto), el 85 % de las acciones del Istra de Croacia. Lo que inicialmente son planes para conseguir ingresos, también se convierten en fuentes importantes de gastos. También hay operaciones abiertas en Indonesa o Japón. La de Francia con el Sochaux-Montbeliard es ya historia.

Son asuntos que siempre cuesta explicar a los accionistas en las asambleas que se realizan en los meses de diciembre. Pero, en el fondo, son encuentros testimoniales ya que el 83 % de los títulos pertenecen a los representantes del Consejo de Administración o su entorno. Cuando se someten los temas a votación, aunque haya cien personas en la sala, los puntos salen favorables con el 99,9 % de los asistentes o los representados. La realidad, en cualquier caso, es la que es. Que el Alavés tiene la plantilla menos valorada de la Primera División y esa circunstancia le da oxigeno a Javi Calleja porque no se considera una solución echarle ante los malos resultados. El Levante y el Getafe ya han movido fecha en ese sentido.

Es cierto que han bajado considerablemente los ingresos debido a la pandemia. Menos publicidad, menos dinero de las televisiones, gradas vacías que no generan dinero. Ahí sí que se mueve de forma ejemplar este club (uno de los que más ingresos obtienen a pesar del COVID-19) pero aún hay asuntos complicados por resolver: no hay patrocinador oficial de la camiseta una vez confirmada la salida de Betway por no aceptarse esponsorización de casas de apuestas o la situación deportiva que ya está generando bastante nerviosismo en la capital alavesa. Especialmente en el año del Centenario.

Resulta muy complicado gestionar un club como el Deportivo Alavés en la máxima categoría y, desde que el Grupo Baskonia de Josean Querejeta se hizo con el control accionarial, todo han sido buenas noticias. Se saneó la entidad, que tenía un agujero de 24 millones (con la Ley Concursal ya muy avanzada), se ascendió de Segunda B a Primera, se han encadenado seis temporadas consecutivas en LaLiga y se alcanzó una final de la Copa del Rey en 2017. En cualquier caso, lo complicado no es llegar sino mantenerse. Un descenso sería un torpedo en el punto de flotación del proyecto aunque la realidad es obvia: los babazorros tienen la plantilla menos valorada de la categoría. Han perdido jugadores contrastados como Rodrigo Ely, Lucas o Battaglia y han incorporado a futbolistas con talento y juventud como Manu García, Toni Moya o Iván Martín. Pero sin experiencia en Primera.