El Celta B es el primer obstáculo en la carrera del Deportivo
Borja Jiménez y 13 de los fichajes se presentan en un Riazor con un 40% de aforo. El Celta B, que ya ganó el año pasado en el estadio coruñés, rival con morbo.
El Deportivo inicia esta noche en Riazor (21:30 horas) su segunda carrera en la nueva Primera RFEF. Una competición en la que está por méritos propios y cuyo objetivo, al igual que cuando esto se llamaba Segunda B, no es otro que ganarla y ascender. El primer obstáculo de la larga prueba llega cargado de morbo. El Celta B, hermano pequeño del eterno rival, que ya profanó el templo blanquiazul la pasada temporada. Una advertencia como recuerdo para los coruñeses, que intentarán seguir la excelente racha en su estadio con la que cerraron la liga. Seis victorias consecutivas con doce goles a favor y uno en contra. De lo poco a resaltar en el fiasco global de la pasada campaña.
El encuentro significará la puesta de largo de Borja Jiménez en el caliente banquillo deportivista. Su misión no solo consistirá en lograr que el coche del Depor sea el primero en cruzar la bandera a cuadros a final de liga, también se le exigirá que lo haba con un pilotaje atractivo. Será la presentación del joven técnico y 13 de los 14 fichajes, ya que Aguirre se lo perderá por lesión. En el bando celeste continúa el rebelde Onésimo, que ha calificado esta pretemporada como una “oda a la improvisación". Eso se reflejará en el once que presentará en Riazor. Una alineación inédita, que no ha podido probar ni en amistosos ni en entrenamientos, en la que se mezclarán algunos de los nueve supervivientes de la pasada campaña con varios de los diez fichajes.
Al margen de proyectos y entrenadores, dos nombres propios sobresalen en el derbi de esta noche. El del Celta es Alfon, autor del doblete que dio una histórica victoria en Riazor al filial celeste (1-2) y cuyo recuerdo permanece muy vivo en la memoria del canterano. En el bando local el matador se llama Miku. El delantero venezolano vengó la afrenta en el derbi de Barreiro firmando un hat-trick (0-3) que devolvió a la afición coruñesa parte de la estima perdida en la primera vuelta. Precisamente en las gradas estará el otro gran protagonista. El público permitido se acerca a los 14.000 aficionados, aunque es bastante improbable que todos los socios hayan reservado su entrada. Evidentemente el 40% de aforo no es un lleno, pero será la mejor entrada desde el inicio de la pandemia en el mejor momento, en un derbi con mucha salsa.