Esperanza se dice Ansu
Después de cuatro operaciones, el acaparador de récords de precocidad del Barça ve definitivamente la luz al final del túnel y es la esperanza del barcelonismo.
En el Barça de estos días, esperanza se dice Ansu Fati. No puede ser de otra manera por dos motivos. Para empezar, la institución está en una situación delicadísima que hace pensar en años de valle, difíciles de llevar siempre en los grandes transatlánticos del fútbol. Para seguir, Ansu ha sido una máquina de pulverizar récords de precocidad, llevándose por delante si hacía falta a Leo Messi. Ese cocktail lo convierte en la ilusión azulgrana del futuro.
Ansu se entrenó este martes con sus compañeros por primera vez después de caer lesionado el 7 de noviembre en un partido de Liga contra el Betis. Será, posiblemente, el penalti que jamás quiso forzar en su carrera. Mandi le entró y su menisco hizo crack en una acción fortuita que requirió de cirugía dos días después. Cuando se lesonó el menisco de la rodilla izquierda, el club, normalmente conservador en los pronósticos, anunció una baja de unos cuatro meses. Pero algo fue mal en la operación. El 4 de enero, se sometió a una segunda artroscopia al ver que no cicatrizaba la anterior. Tampoco fue una solución. Después de pedir consejo a los doctores Bernard Cottet, en Lyon, y Antonio Maestro, en Gijón, una tercera operación debía haber solucionado el problema. Pero no fue así. Ansu tuvo que recurrir al doctor José Carlos Pinto Noronha, médico de la Federación portuguesa y de Cristiano Ronaldo. Esta vez, después de una recuperación a medio camino entre Portugal y Madrid, Ansu, que se perdió Eurocopa y Juegos, al fin tuvo buenas sensaciones y ha visto cómo su rodilla izquierda vuelve a estar apta para el fútbol profesional.
Meses duros para Ansu, que ha tenido que trabajar en la oscuridad cuando más le iluminaba el foco. El jugador nacido en Bissau el 31 de octubre de 2002, estaba batiendo récords de precocidad. No sólo los de Messi en el Barça. También los del club, de las competiciones internacionales y de la Selección. Ansu se había convertido en el goleador más joven de la historia del Barça con su tanto a Osasuna a los 16 años y 304 días. Pero fue a más. El hispano-guineano también es, a día de hoy, el goleador más joven de la historia de la Champions (gol al Inter con 17 años y 40 días). Su trabajo en el Barça le llevó rápido a la Selección. Con 17 años y 311 días, Luis Enrique le dio la oportunidad ante Alemania y pulverizó un récord que tenía casi un siglo para convertirse en el goleador más joven de la historia de España.
Casi diez meses después, Ansu se viste de corto para entrenarse con el grupo. Su regreso se estima para después del parón, sea contra el Sevilla o en el primer partido de la fase de grupos de la Champions. No es una reaparición normal. El barcelonismo está huérfano de ídolos. Ansu es una cara que ilusiona. Fresca, joven, de La Masia. Y con un potencial que nadie conoce, seguramente ni él. Hacer un ejercicio de fe por la era Ansu es lo que toca en el Barça.