Un Promesas a medio hacer
A las puertas del inicio de su pretemporada, el filial del Real Valladolid adolece de experiencia y precisa refuerzos en diferentes posiciones.
Al igual que sucede con el primer equipo, el Real Valladolid Promesas se encuentra inmerso en un mar de dudas. Conocida hace 50 días la llegada de Lucas Rosa y anunciado el ascenso de Julio Baptista hace diez días, junto a parte del bloque que dirigió en la División de Honor Juvenil, quedan pendientes de acometer unos cuantos movimientos que den forma al plantel, otorgándole una necesaria mayor experiencia que el actual.
Confirmadas las promociones de diez futbolistas que terminan etapa juvenil, la plantilla incluye actualmente 20 jugadores, de los cuales solo Apa, Mikel Carro y Paulo Vítor superan los 50 partidos en la extinta Segunda B, por los 45 de Moha y los 31 de Nieto. Además, tras la salida de jugadores experimentados como Samu Pérez o José Alonso, tres de los anteriores, Nieto, Carro y Paulo Vítor, los tres nacidos en 1999, se quedan como los más mayores tras el portero Samu Casado (1997), el segundo y por ahora último fichaje.
Precisamente su posición es una de las que arrojan dudas, al no conocerse quién lo acompañará, tras las finalizaciones de contrato de Samu Pérez y Gaizka Campos. Aparentemente sin Maxi San José, pero con la posibilidad de contar con Álvaro Aceves, todavía juvenil, todo indica que el ex del Alcorcón se verá acompañado bajo palos de otra llegada, siquiera por una mera cuestión competitiva, dado que si bien sabe lo que es parar en Segunda, el granadino tan solo ha disputado 25 partidos en los últimos tres años.
En cambio, en la defensa, desnivelada, también deberá haber movimientos. Por un lado, Baptista contará con solamente dos centrales, los dos diestros y seniors de segundo año, Amoah y Palomeque. Por otro, el arranque será con seis laterales, tres de cada lado, siendo cuatro promocionados del Juvenil, lo que lleva a pensar en la reubicación de alguno o en salidas. Especialmente comprometida es la situación del carril derecho, donde se encuentran Apa, que ya sabe lo que es competir en estas lides, el prometedor Iker y el recién llegado Lucas Rosa.
Maroto y Chuky, dos incógnitas
La posición de mediocentro cuenta con una pareja de jugadores con más minutos que rendimiento la temporada anterior. Se trata de Moha y Mikel Carro, dos jugadores con un potencial aún por explotar a los que se les añade, a priori, Iker González. El catalán viene de una lesión que cortó su trayectoria en División de Honor cuando solía ser habitual en el once de 'La Bestia'. En este puesto, la gran duda es qué pasará con Maroto: todavía juvenil, tiene calidad de sobra, ya demostrada, para dar el salto.
En una situación parecida, aunque con la mayor tranquilidad que da el que sea un año menor, está Chuky, en quien el club confía a futuro, aunque puede que no para correr. Su entorno conoce las intenciones de la entidad de apostar por él, lo que seguramente le garantice estar, como mínimo, a caballo entre División de Honor y Promesas. Algo más que eso puede depender de una pretemporada que seguramente hará con el filial o de la fuerza con la que llamen a la puerta los clubes que lo pretenden.
A favor del zurdo y de Adrián Carrión, promocionado del 2002, está el hecho de que ya conocen el ideario de Baptista. De hecho, esto es algo que puede hacer que Carrión tenga un hueco en otra zona superpoblada, en la que siguen Paulo Vitor y Dali y suben Popi y Castri, este de manera definitiva tras tener ya muchos minutos de vuelo con Baraja. Si, como en otras parcelas, la dirección deportiva quiere dar un salto de calidad y de experiencia, deberá haber antes un par de salidas que, por añadidura, pueden afectar a Abel Calleja.
Colocado entre los delanteros en la actual plantilla, el leonés no es un nueve puro, como tampoco Víctor Socorro, otro de los que siguen. Ni Abel ni mucho menos Isailovic fueron protagonistas el curso precedente en División de Honor, donde, con menos minutos por culpa de las lesiones, sí lo fue Slavy. El oscense está ante la hora del salto y del crecimiento, por lo que su puesto está garantizado. De nuevo, sus acompañantes dependerán del tipo de apuesta que se quiera realizar... y del presupuesto del que vaya a disponer el filial.
Esta última cuestión no es baladí, ya que el descenso del primer equipo seguramente haga que el del Promesas se recorte con respecto al bastante elevado de las últimas dos campañas. En una categoría tan competitiva como se prevé que será la Primera RFEF, esto puede ir en deterioro del plantel... o no, puesto que una posibilidad que cabe es la del cambio de modelo hacia uno más formativo, en el que la salvación seguirá siendo el deseo, pero ni a cualquier precio ni a costa de renunciar a talentos más jóvenes y de la casa, como sí sucedió estos años.