EUROCOPA (1/8) | SUECIA - UCRANIA
Andersson vs Shevchenko, dos maneras de llegar a ser un líder
Suecia y Ucrania delegan en la inspiración de Forsberg y Yarmolenko sus opciones de clasificarse para los cuartos de final.
Viajemos a la Eurocopa de 2012, la que ganó España, sí. Ucrania, país anfitrión, se estrenaba en una fase final y lo hacía ante Suecia. Aquel partido lo resolvió Andriy Shevchenko (44 años), poniéndole más azúcar a su leyenda: 354 goles en 721 partidos con Dinamo, Milán y Chelsea; campeón de Europa, más otros 18 títulos, y Balón de Oro en 2004. Un profeta en su tierra, con 48 goles en 111 partidos con Ucrania. Dos de ellos aquel día contra Suecia, partido que Janne Andersson (58 años) presenció como aficionado desde la grada de Kiev. Andersson fue otro ariete con olfato: 207 goles en 383 partidos. Pero él en el Alets IK, un modesto de la cuarta sueca (sigue el partido en directo en AS.com).
Shevchenko, el mito, tomó las riendas de Ucrania en 2016. Sin otra experiencia que su vida de futbolista. Le llevó hasta el Mundial de Rusia y ahora, por primera vez, a los octavos de una Eurocopa. Ese mismo año Suecia fichó a Andersson, que como entrenador emergió desde los bajos fondos del fútbol sueco hasta ser campeón de Liga y Supercopa en 2015 con el IK Norröping, un histórico que llevaba 26 años sin tocar metal y que no lo ha vuelto a hacer. Con él Suecia vive su mejor época más allá de 1958, cuando fue subcampeona del mundo, y 1992, cuando alcanzó las semifinales de la Eurocopa.
Shevchenko y Andersson, cada uno a su manera, son los líderes de Ucrania y Suecia, dos equipos que en el césped delegan en la inspiración de Forsberg (3 goles) y Yarmolenko (2) sus opciones de clasificarse. Suecia, más allá del ariete del Leipzig, vive de ser una roca. El balón lo quieren para despejarlo o para enviarlo a la red. Sin término medio. De hecho perdieron el porcentaje de posesión contra España, Eslovaquia y Polonia. Pero ahí está su mérito: un empate y dos victorias. Isak aún no ha marcado, aunque genera peligro constante cuando aparece con espacios.
Ucrania, la peor tercera de las cuatro que se metieron en octavos, trata de hacer un juego más combinativo. Shevchenko ha dado a los suyos un estilo ajeno al típico fútbol físico al que se les vincula, pero hasta la fecha en el torneo con más grises que claros. Tuvieron sus momentos ante Países Bajos, cumplieron sin alardes ante Macedonia del Norte y sucumbieron sin excusas contra Austria.