El déjà vu optimista de Silva
El lateral izquierdo del Leganés vuelve a afrontar el verano con en anhelo de retornar a Primera División. En Butarque se muestran más flexibles, pero no regalarán al argentino.
Jonathan Silva (La Plata, 29 de junio de 1994) bordea los 27 años envuelto en un déjà vu. El lateral izquierdo italo-argentino del Leganés inicia el verano repitiendo el patrón de los dos anteriores, con la mirada puesta en el mercado de Primera División y en las exigencias del club pepinero a la hora de aceptar propuestas de otros equipos. Este año, sin embargo, su perspectiva personal es ligeramente distinta. Al contrario que en años anteriores, desde Butarque parecen dispuestos a rebajar las pretensiones económicas para darle salida, aunque, por el momento, el mercado no se ha movido lo suficiente como para intuir qué ofertas podrían llegar por este zaguero y de qué potencial económico.
Silva, admiten en el Leganés, es un jugador importante para el proyecto blanquiazul. Lo habría sido en caso de ascender a Primera y también con el panorama actual de permanecer en Segunda. Sucede que con el reajuste de presupuestos y la necesidad de rehacer un bloque nuevo, no se descartan escenarios en los que pudiera salir beneficiado con ingresos extra, siempre que alcancen unos mínimos aceptables. Desde la Avenida de los Once Leones recuerdan que no están dispuestos a regalar futbolistas, aunque sí a escuchar propuestas.
Otras opciones para salir
A Silva le queda contrato hasta 2023, esto es, dos años más después de que en 2019 el club ejecutara la opción de compra de 2,7 millones de euros que fijó el Sporting de Portugal en su cesión a los pepineros. El préstamo les costó a los blanquiazules cerca de 200.000 euros, así que el coste completo de Silva rondó los tres millones de euros. Ese mismo verano ya se sondeó la posibilidad de que, tras un curso excelso, se mejoraran las condiciones del contrato que se pactaron cuando arribó a Butarque. No hubo éxito.
Fue ahí donde empezaron a fraguarse ciertas distancias que se hicieron especialmente insalvables en el mercado estival de 2020, cuando, con el descenso a Segunda, Silva pidió al club que lo dejara marchar a Primera División. El Leganés se negó salvo que hubiera alguna oferta de profundo calado y cercana a esos tres millones invertidos en su momento. Con la crisis del COVID-19 golpeando fuerte el bolsillo de la élite, sólo llegaron propuestas de cesión (Getafe) o intereses lejanos (Granada y Osasuna). Estos últimos emergieron en el mercado invernal, cuando Silva parecía condenado al ostracismo.
El rescate de Garitano
Los problemas físicos, el desencanto por su situación personal y los criterios de Martí lo condenaron a una ausencia constante. Hasta que Asier Garitano no retornó al sur de la capital, Silva sólo jugó una vez de titular (primera jornada) y un ratito en noviembre (contra el Espanyol).
El discurso del entrenador de Bergara lo reactivó. “Yo llegué aquí y hablé con él. Y le dije: yo sé esto, ahora vamos a ir a esto otro. Y el chaval me dijo: sí, tranquilo, yo me comprometo contigo que voy a competir desde el primer minuto. Y así ha sido”, explicó recientemente Asier Garitano a As en una entrevista en la que dejó claro que le pidió, sobre todas las cosas “compromiso”. Y Silva, cumplió.
Uno de los máximos asistentes
Tanto es así que acabó siendo intocable en el tramo final de temporada. En total, disputó 1.248 minutos repartidos en 17 partidos en los que dio cuatro asistencias. Sólo Javi Eraso (cinco) superó los pases de gol de Silva, prueba del potencial ofensivo de un jugador que acabó el curso roto (literal) en su transformación. En el último partido del playoff ante el Rayo se produjo una lesión muscular al tratar de llegar a una pelota. No pudo más y tuvo que ser sustituido entre el aplauso de los 1.500 pepineros que entraron ese día a Butarque. La parroquia se reconcilió con un jugador al que, al principo de curso, le acusaron de falta de compromiso.
Ahora, cumplido el pacto de caballeros con Garitano para darlo todo, el futbolista espera que este verano su situación personal pueda resolverse con la mirada puesta en el retorno a la élite con todas las partes (club y jugador) como grandes beneficiados. Está por ver si, pese a la comprensión inicial del club, las ofertas que llegan al sur de la capital satisfacen la demanda pepinera. Mientras, el jugador cumplirá desde el 8 de julio en una pretemporada en la que, bajo el tutelaje de Garitano, repetirá el compromiso que alcanzó con el técnico para reaparecer de las tinieblas y ser el futbolista que todos esperaban de él en Butarque.