El área deportiva del FC Barcelona tiene muy claro que ni Samuel Umtiti ni Clement Lenglet están dentro de su proyecto. En el caso del primero la decisión es inamovible, mientras que en el segundo todavía hay un margen de maniobra. En cualquier caso, en el escenario que contempla Ronald Koeman de cara a la próxima temporada no está ninguno de los dos centrales franceses.
El caso de Umtiti es el que más preocupa y ocupa en el club actualmente. Lo único que hay consenso en todas las áreas de la entidad es que Samuel no seguirá en el Barcelona el próximo curso bajo ninguna circunstancia. Y no sólo porque su elevada ficha anual, 12 millones de euros brutos, es totalmente inadmisible dentro del nuevo orden de salarios que marcará el club sino que se considera su rendimiento impropio de un profesional de su nivel, por mucho que las lesiones hayan lastrado su carrera en los últimos años.
El problema es que resulta casi imposible encontrar una salida a Umtiti si no es con la carta de libertad bajo el brazo, ya que ahora mismo su precio en el mercado no alcanza ni los diez millones de euros, según señala la web especializada ‘Transfermarkt’. Este panorama, junto a una ficha alta y una problemática larguísima de lesiones, convierten a Umtiti es un escollo muy difícil de superar.
Sin embargo, en el club ya advierten que no serán tan permisivos como la anterior junta presidida por Bartomeu. Laporta no permitirá que Umtiti vuelva a vivir un año más de rentas y le enviará un claro ultimatum, tanto a él como a sus agentes: o se marcha o estará apartado del primer equipo.
Mucho menos problemática se vislumbra la solución con Lenglet, que renovó la temporada pasada hasta el 2026, en una de las últimas decisiones que tomó Bartomeu antes de dimitir. Una decisión tan polémica como la que ejecutó en el 2018 con Umtiti, renovándole hasta el 2023 con una ficha multimillonaria, cuando había informes médicos que desaconsejaban totalmente esta operación por los problemas que tenía en la rodilla izquierda.
Lenglet, que ha mostrado públicamente su intención de seguir a toda costa, está al tanto que en el Barcelona ya se está trabajando para encontrarle una salida, ya sea entrando en un traspaso o en un trueque. En su caso, se espera que realice una buena Eurocopa con el objetivo de poder encontrar un buen comprador. En todo caso si finalmente se queda, en el club son menos drásticos que con Umtiti, y Koeman le abriría las puertas al considerarlo un jugador aprovechable.
El problema que tiene ahora el técnico holandés es que cuenta con un ‘overbooking’ inasumible de centrales en la plantilla, con un total de seis, con el agravante que cuatro son derechos (Piqué, Araújo, Eric y Mingueza) y dos zurdos (Umtiti y Lenglet), y que de estos dos zurdos, el club quiere desprenderse de los dos izquierdos.
El primero (Umtiti) está sentenciado mientras que el segundo (Lenglet) el club considera que podría tener mercado y acabar siendo una operación rentable. Ahora sólo hay que esperar que la presión de Laporta y Mateu Alemany acaben convenciendo a dos jugadores que hasta ahora han mostrado estar aferrados al club con cemento armado.