De Roma a la gloria

Pasear por la Basílica de San Pedro, la Fontana de Trevi o la Piazza Navona hubiera sido imposible tal día como hoy en otras circunstancias. Los aficionados del equipo rival de Italia en el partido inaugural habrían copado cualquier lugar turístico. En cambio, no se ven banderas ni camisetas de Turquía. Tampoco se escucha nada. Hay una sensación de tristeza generalizada que trufa el inicio de la Euro (sigue el partido en directo en AS.com).

La situación es muy dura por el COVID y sin duda Italia ha sido uno de los lugares más golpeados. Es complicado hacer ver que llega la Eurocopa y con ello se olvida todo. La UEFA quiere darle un carácter de normalidad a un campeonato que no lo tiene. El Olímpico abrirá sus puertas hoy, pero lo hará con un aforo reducido por las circunstancias. Tampoco habrá una gran fiesta de inauguración. Actuarán Martin Garrix, Bono y The Edge, pero de manera virtual.

Fútbol. Tampoco está claro qué pueda pasar sobre el campo. Las localías no lo son tanto con estadios sin el aforo completo, por lo que se espera una Eurocopa con muchas sorpresas. Ya las hubo en la anterior cita, en la que Italia fue verdugo de España antes de caer ante Alemania. Los italianos han cambiado muchas cosas desde entonces. No acudieron al Mundial y regresan a un gran torneo con gente joven y un zorro viejo en el banquillo: Roberto Mancini.

El conjunto transalpino tuvo ayer mismo la mala noticia de que Pellegrini no estará en la cita, lo mismo que ocurrió con Sensi hace unos días. Además, Verratti llega entre algodones. De todo ello se quiere aprovechar una Turquía con muy buena defensa y un incansable goleador como Burak Yilmaz arriba. Vuelve el fútbol, vuelve la Eurocopa. La sociedad necesita esta alegría. Le toca.