Gilsanz: "No hay nada más propio que tener un Juvenil campeón"

Óscar Gilsanz (Betanzos, 1973) acaba de conseguir algo que ningún técnico del Deportivo lograba desde 2010: proclamarse campeón de División de Honor Juvenil. Y aunque él prefiere restarse méritos para repartirlos entre todos los involucrados en el proceso, su llegada ha sido clave para desbancar al Celta y destapar todo el potencial de una generación llamada a dar muchas alegrías a la parroquia blanquiazul. Su equipo afronta esta tarde la última, y ya intrascendente, jornada de liga ante el Sporting, con la mente puesta en competir contras las mejores canteras de España en la Copa de Campeones. Eso sí, tanto para ese torneo, como para el futuro de las jóvenes promesas, Gilsanz pide lo mismo: prudencia y paciencia.

¿Cómo ha ido la semana? ¿Se celebra igual un título en el fútbol base que en el senior?

No es tanto celebrar, pero sí satisface el trabajo hecho. La satisfacción de que el trabajo, no sólo mío, sino de un grupo formado por cuerpo técnico y jugadores, da unos frutos que hacen que se pueda ver a los chicos con la alegría del otro día. Obviamente influye la edad de los jugadores y no se vive igual, además con la pandemia que obliga a celebrar de cierta manera. Ellos lo celebraron por su cuenta, pero internamente sí se celebra de la misma manera porque es el resultado del trabajo que uno hace.

Está siempre presente el debate entre formación y resultados, pero es difícil concebir la competición y ganar como algo aislado de esa formación...

Creo que es un debate interesado. Está claro que se compite y hay un trabajo de formación para que estés lo mejor preparado posible cuando llega la competición. El trabajo de base es formativo, empieza con cuatro años y se va hasta los ocho, nueve... pero si yo a un juvenil le digo que no importa la competición, que lo único que importa es la formación, lo estaría engañando. Es como si a un opositor le digo que lo único importante es lo que sepa y no lo que haga en el examen. Nos preparamos para competir y División de Honor es el examen. Estás trabajando a nivel formativo para después aumentar tu rendimiento. Porque en la calle siguiente viene el fútbol senior. En la siguiente. No dentro de unos años. Mañana. Y en la vida real siempre se entrena para competir.

Y como técnico de un juvenil, ¿nota que a veces tiene que sacrificar una por la otra?

La propia idiosincrasia de una cantera ya te va indicando que dentro del camino de la formación, vas a tener que preparar a los jugadores para el rendimiento. Hay jugadores que por lo que sea no pueden competir porque para su formación es mejor que estén un peldaño más arriba... esas cosas se van combinando. En un equipo de élite juvenil, la formación sin la competición no es posible.

Y ahora la Copa de Campeones, pocos torneos más prestigiosos para un cantera...

En estas semanas no, pero en unos años se recordará que en 2021 fuimos campeones. Han sido cuatro veces en 25 años, no es muy común. Y te permite dar el paso y competir con las mejores canteras, colocar al Depor en ese lugar en este momento. Pero más que eso, yo me quedo con el resultado que es producto de un trabajo de un grupo de personas muy amplio. Un trabajo que se viene haciendo desde hace años, desde que esto se proyecta. Ser campeones de División de Honor con jugadores que llevan juntos desde benjamines, otros que se incorporaron... se conjunta también que pasaron varios entrenadores, psicólogo, readaptador, servicios médicos... me gusta quedarme con que es la culminación de un trabajo de todo el mundo.

Con una generación así y el giro a la cantera que se proyecta desde la directiva del club, casi parece natural que vayamos a ver a varios de sus chicos hacer la pretemporada con el primer equipo...

A mí me gustaría que se tuviera paciencia, porque cada caso es diferente. Estos días todo el mundo me pregunta lo mismo. Porque los deportivistas estamos necesitados de algo que sintamos como propio. Y no hay nada más propio que tener un juvenil campeón. Criados aquí, hechos aquí... es deportivismo puro. Y eso es cierto, pero a partir de ahora serán importantes los pasos que se vayan dando.

El proceso de maduración no es el mismo. Unos responderán de una manera diferente a otros. Hay que ver cómo responden a la primera temporada en la que no todo les salga bien... será importante tener paciencia y naturalidad. Los jugadores van pidiendo lo que necesitan. No hay que apurar nada. Se debe trazar un camino y seguirlo. Habrá unos que se salgan, otros que se incorporen más tarde...

Ahí está el ejemplo de Villares...

Cuando llegué al Racing Villalbés él estaba en los juveniles. Todos dirían que si Villares estaba en aquel juvenil y llegó al primer equipo, estos que están ahora aquí... pero la evolución no es la misma. La evolución de Villares ha sido de forma progresiva y brutal. Hay quien madura con 15, otros con 18 y otros, como en la vida, que no maduran nunca.

¿Se palpan cambios en el club con esa promesa de más cantera?

Nosotros tenemos todo lo necesario para que salga adelante. Tenemos toda la infraestructura para trabajar, las posibilidades, los servicios médicos, preparadores físicos... ahí es donde ves eso. Y se viene teniendo desde hace unos años, ahí se ve el proyecto. La atención es buena y hay continua interacción de ideas, de intentar hacer cosas. Las circunstancias provocan que a veces no se aproveche este o aquel jugador, pero el trabajo que se lleva haciendo en Abegondo desde hace tiempo es muy bueno. Llegará el momento en el que se aproveche y a lo mejor estamos ahora en ese momento. A mí me gusta poner en valor a la gente que trabajó aquí todos estos años.

Escuchaba a Valerón hace poco hablar de entender el Deportivo como un todo. Desde el primer equipo hasta el Juvenil. Que los chicos sientan que pueden subir y bajar con total normalidad...

Es que hay que tener esa naturalidad. Hay que medir mucho los mensajes que se le dan a los jugadores. A veces, nosotros mismos, que estamos en el día a día y queremos tener a uno o a otro para entrenar con nosotros en edad cadete, por ejemplo. Es importante que tengan claro el mensaje de por qué vienen o por qué no. Ese proceso de hacer de la cantera un todo, que un jugador cadete suba a juvenil y un juvenil a primer equipo, lo principal es ser sinceros con los jugadores y cuidadosos con los mensajes. La diferencia de una cantera es la edad en la que se mueve. Son jugadores de 17 o 18 años y no tienen la misma capacidad de analizar lo que les pasa como podemos tener los entrenadores. Es importante guiar esos pasos en el último tramo. Tenemos un primer equipo muy expuesto, todo lo que sale se magnifica. Un jugador entrena un día con el primer equipo y al siguiente en el instituto ya lo hacen presidente del consejo escolar. Hay que tener en cuenta ese tipo de cosas.

Hemos hablado mucho de futuro de jugadores, pero ¿y el entrenador?

Para mí, como técnico, el verano empezará cuando termine la temporada. Estamos inmersos en los que nos queda y el futuro ni se me pasa por la cabeza. Tengo claro que hace 12 meses me dibujaron un buen proyecto, muy interesante y de cantera. De estar en una estructura importante de cara al futuro. Y eso es lo que estamos haciendo. Lo que pase a partir de ahora... a todos nos gusta sentirnos valorados donde trabajamos y aquí me siento valorado. Estoy a gusto y cuando acabemos la temporada dependerá de la idea que tenga el club.

Y ya que estamos con técnicos, le tengo que preguntar el nombre de la semana ¿Qué referencias tiene de Borja Jiménez?

Por lo que conozco por amigos comunes o el seguimiento que he hecho de sus equipos, lo que tengo claro que la elección de Borja ha sido producto de su trabajo anterior como entrenador. Eso me genera muchísimo respeto y, sobre todo, ilusión. Que un entrenador tenga ese curriculum con 36 años y en ese nivel de equipos... en Galicia ya vimos lo que hizo en el Rápido. Luego Mirandés, Cartagena... conozco su etapa en el Valladolid B. Está muy preparado y lo contratan precisamente por eso. Estoy convencido de que es un acierto.