VALENCIA

Peter Lim se quita la careta

Análisis de las contradicciones en los discursos de Peter Lim desde que es dueño del Valencia. Lo que dijo en diciembre de 2015 y lo que ha dicho en 2021 en el Financial Times.

ALBERTO IRANZODIARIO AS

Peter Lim habla poco. Prácticamente nada. Las declaraciones al Financial Times son las terceras que realiza desde que compró las acciones del Valencia. Habló en diciembre de 2015 a la web oficial del Valencia, en mayo de 2016 durante una visita de varios jugadores del equipo a Singapur y no lo había vuelto a hacer desde entonces. Y no será porque desde el propio club no se haya intentado en múltiples ocasiones durante estos años que diera la cara y calmase la tensión social. Pero visto lo dicho, Lim más que de bombero va de pirómano.

Las declaraciones de Peter Lim llegaron publicadas a España la noche de antes a la manifestación que hoy recorrerá varias calles de Valencia contra la gestión de Meriton Holdings. No parece casual que el propietario se ponga en un medio internacional de prestigio la venda antes de la herida. A las 18:30 la afición del Valencia está convocada para “jugar nuestro partido”. A lo largo del último año, sin el termómetro quincenal de Mestalla por la pandemia, los aficionados valencianistas han protagonizado diferentes actos de repulsa a la gestión de Lim, aunque hasta la fecha ninguno generó la expectación de la marcha del 8-M, que aspira a repetir el éxito social de la marcha cívica del Centenario y convertirse en una demostración del músculo social del valencianismo

La causa temporal de las declaraciones de Lim está clara, la manifestación convocada, aunque por el trasfondo de sus palabras no está claro qué efecto buscaba: si calmar a su manera las aguas o revolverlas más aún. Las declaraciones de Lim, al menos, sí entran en contradicciones con sus dos únicos mensajes como propietario del Valencia. Quizás el único punto de su discurso que no ha variado es verse como ‘salvador’ del Valencia. Esto decía en 2016: “En los últimos diez años mucha gente ha gestionado mal el club, llegando a una situación económica de quiebra que necesitó de buscar un inversor extranjero para ser rescatado”. Y esto dijo a Financial Times: “Con valencianos al frente, el club se fue a la ruina, ¿verdad”.

Así veía y así ve ser dueño de un club de fútbol

A partir de ahí, Peter Lim se quita la careta, como por ejemplo a la hora de explicar qué le llevó a ser dueño del Valencia. Así, en 2016 echaba mano de la filantropía: “Si estoy en el Valencia es porque tengo el sueño de crear un gran club, internacional y de éxito, que haga a su afición estar orgullosa del club y así genere adhesión y atractivo en niños y jóvenes valencianos y de todo el mundo”. Ahora, cinco años después, Lim se deja de romanticismo y saca a relucir su vena esnobista: “Ser propietario del Valencia ha sido increíblemente bueno para nuestra estrategia de contactos profesionales. Es una ocasión, cenamos todos los dueños de los clubes con motivo de una final de Champions. Allí hay jeques, reyes, blancos, negros… y allí discutíamos el porqué habías comprado a tal jugador por tanto… Éramos como niños”.

Lim decía en sus orígenes en Valencia que quería generar “adhesión” con los aficionados. Pero los hechos de sus gestores en el club van por el camino contrario: Anil Murthy mandó callar a Mestalla desde el palco, echaron a la Agrupació de Penyes del local que el club le cedía desde hacía 25 años, silenciaron en la Junta a los pequeños accionistas a golpe de rodillo accionarial o, por citar una de sus últimas medidas, mantienen capadas las interacciones con sus seguidores en redes sociales.

Hasta su manera de despertarse parece que ha cambiado: “Nos levantamos, disfrutamos y nos gusta ver los partidos. Nos sentimos como cualquier otro aficionado. Cuando ganamos estamos muy contentos y cuando no ganamos nos sentimos un poco más bajos”, decía en 2015. Ahora, según sus confesiones a Financial Times: “Me despierto, soy dueño de un club de fútbol y veo lo que pasa después. Nada más”.

Así veía y así ve a los aficionados del Valencia

Mención especial merece su distinta manera de ver a los aficionados del Valencia. En diciembre de 2015 decía: “El momento inolvidable fue el de la primera bienvenida de la afición. Creo que fue un gran gesto por parte de la gente del valencianismo. Me sentí muy bien recibido cuando llegué para mi primer partido en Mestalla”. Ahora, cuando muchos que le recibieron así le critican por su gestión, confiesa: “Tengo algo de compasión por ellos, pero entre nosotros, entre amigos, decimos que las cosas más pequeñas te dan los mayores dolores de cabeza”. Pero claro, también decía hace unos años: “Elegí a Gary Neville porque es un buen entrenador que por casualidad también es mi amigo”.

Lo más visto

Más noticias