SEMIFINALES (VUELTA) | CHELSEA - REAL MADRID
Para Abramovich no hay crisis
El magnate ruso se gastó 250M€ el pasado verano en el Chelsea, planea gastar más y se ha comprado un juguete nuevo: un yate de 140 metros valorado en 500 millones...
Cuando se habla de las pérdidas multimillonarias de los grandes clubes de fútbol por la pandemia, tampoco está de más mirar cómo anda el bolsillo de sus dueños. En el caso del Chelsea, la crisis no va con su propietario, Roman Abramovich, que gasta y gasta como si no hubiera un mañana.
El verano pasado, con clubes como el Real Madrid mirando cada euro que salía de sus cuentas, el magnate ruso asaltó el mercado. No sólo colecciona figuras para su afición favorita, el Chelsea, donde hace menos de un año tiró de chequera para invertir 250 millones. Le dio al fallido proyecto de Frank Lampard los fichajes de Havertz (Bayer Leverkusen), Timo Werner (RB Leipzig), Ziyech (Ajax)... y también ha tenido tiempo de acudir a un astillero para fabricarse otro juguetito más: un nuevo yate de superlujo, de nombre Solaris (como la novela clásica polaca de ciencia ficción influyente en la URSS), con 140 metros de eslora y un coste final que se va a los 500 millones. Un gigante marino.
Con Abramovich se podría jugar a Hundir la Flota en la vida real porque Solaris es el quinto megayate que suma a su patrimonio. Ni siquiera es el más grande que posee. En 2010 se construyó otro, Eclipse, el segundo más grande del planeta (162 metros).
Quince mil millones y la sombra de Putin
La deuda total del Chelsea es de 465 millones de euros y curiosamente admitió oficialmente un beneficio de 42M€ en 2020 pese al coronavirus. Minucias para las finanzas de Abramovich, calculadas por Forbes en 15.000 millones de euros, que tras su encontronazo con el Gobierno del Reino Unido por el asunto de su visado en 2018, adoptó la nacionalidad israelí. Cuestiones políticas que le llevaron a recibir durísimas críticas en la Prensa británica, donde se le acusó de ser el 'maletero' de Putin... y de comprarle un yate. Abramovich se querelló contra tres medios y les ganó.
Parece que Abramovich, que delega lo que se cuece en Stamford Bridge en manos de Marina Granovskaia, la Dama de Hierro del Chelsea, ha reaparecido en la vida social del club. Rompió su habitual silencio cuando echó a Lampard ("Es un icono del Chelsea y siempre será acogido con calidez aquí", comentó oficialmente) y ha tomado el altavoz para denunciar el antisemitismo en los campos de fútbol ingleses y los ataques racistas en redes sociales que recibió su futbolista Reece James.
Quiere recuperar a aquel Chelsea gastón con Mourinho que destrozó récords en fichajes. Aunque tiene 12 futbolistas cedidos por Europa, este verano irá al mercado. Para empezar, otea sus opciones con Haaland, que costará mucho, pero menos que un yate...