Nueva artroscopia para Ansu
Según ha podido saber AS, el delantero se sometió a finales de marzo a una nueva artroscopia para revisar la sutura y limpiar el menisco interno de la rodilla izquierda.
Ansu Fati lleva ya medio año luchando sin tregua contra las adversidades. Lo que parecía que iba a ser una lesión de cuatro meses máximo (una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda que sufrió el 7 de noviembre del año pasado) va camino de los seis y, lo que es peor, sin tener todavía una fecha precisa de regreso. La recuperación de su lesión empezó ya con mal pie desde el primer día: tuvo que estar cinco días ingresado en el postoperatorio, tras ser intervenido por el cirujano Ramon Cugat en la Clínica Quirón. Este tipo de intervenciones necesita en principio unas 48 horas para recibir el alta hospitalaria.
Sin embargo, la cosa fue a peor en las siguientes semanas: la rodilla se inflamaba sistemáticamente y el dolor no remitía. Al alargarse en el tiempo y constatar que con la fisioterapia no se avanzaba adecuadamente, se decidió volver a intervenirle. Tal como informó TV3, a principios de enero se sometía a una nueva artroscopia, supervisada por Cugat. Tras esta segunda operación, las complicaciones siguieron acumulándose, con una infección en la sutura incluida, alargando aún más su recuperación y poniendo al joven delantero en una auténtica encrucijada: se esfumaba su sueño de jugar esta temporada en el Barcelona, así como también de participar en la Eurocopa y en los Juegos Olímpicos este verano.
Una vez asumido que la temporada se había perdido totalmente, la hoja de ruta de Fati cambió por completo, poniendo su vista ya de cara a la próxima pretemporada. De ahí, que tras constatar que cuando aumentaba las cargas de trabajo seguía teniendo problemas en su rodilla izquierda, se decidió, consensuando con los servicios médicos del club, realizarle una tercera artroscopia para revisar el estado de la sutura y limpiar el menisco, según ha podido saber AS.
Esta tercera operación se volvió a hacer sin informar y a escondidas, igual que la segunda, y bajo la supervisión una vez más de Cugat en la Clínica Quirón. El objetivo de esta última operación era tener una idea más exacta del estado de la rodilla, sin las urgencias de recuperarse esta temporada y ya con la vista puesta en el mes de julio.
Coincidiendo con las fechas de la tercera operación, Fati aprovechó para enviar un intenso y sincero mensaje a través de Instagram, que ahora cobra mucho más sentido tras conocer este nuevo contratiempo. Empezaba relatando su historial de lesiones, "hace unos años tuve una lesión grave, fractura de tibia y peroné, estando un año sin poder jugar", para añadir que "desgraciadamente ahora me toca vivir una situación similar, la cual afrontaré con la misma mentalidad" y finalizar que "el fútbol es mi vida y por muchos obstáculos que haya siempre tendré la ilusión de seguir luchando por mis sueños…" Este mensaje lo colgó en las redes sociales el pasado 31 de marzo.
Diecisiete días después se veía a Fati en la final de la Copa del Rey con serios problemas para poder festejar el título con sus compañeros, necesitando la ayuda de Junior y Dembélé, que lo montaron a caballito, para evitar que saltara. Estas imágenes extrañaron en su momento, pero resultan totalmente comprensibles ahora, sobre todo teniendo en cuenta que había sido operado tres semanas antes.
Ahora mismo, todo está pendiente de las sensaciones del jugador en los próximos días, cuando intensifique su recuperación y las cargas de trabajo: no se descarta una cuarta operación en el caso que no acabe de funcionar esta nueva terapia. Pero si se lleva a cabo, ya no sería Cugat sino el cirujano francés, Bernard Cottet, al que visitó Fati en marzo a su consulta en Lyon, quien se encargaría de la operación.
Esta tercera intervención que se sometió a finales de marzo era, sobre todo, una medida preventiva en el intento desesperado de salvar parte de su menisco original, factor indispensable para tener una larga carrera deportiva. Y es que si finalmente no se encuentra una solución en las próximas semanas, el siguiente paso será una meniscectomía, es decir, la extracción del menisco, una decisión que solucionaría el problema a corto y medio plazo, pero que podría tener serias consecuencias a largo plazo.