El bendito problema de Simeone
El tridente formado por Correa, Carrasco y Llorente funciona y ha firmado los ocho últimos goles del Atlético. Para Bilbao, además, se espera la vuelta de Suárez, João Félix y Lemar.
Simeone puede presumir de que su nuevo tridente funciona. Contra el Huesca, resolvieron los goles de Correa y Carrasco, ambos con asistencia de Llorente. Ellos tres habían firmado los tantos de la manita al Eibar. Y ocho días antes, la doble C preparó el 0-1 en casa del Betis. Las bajas de Suárez, João Félix y Lemar obligaron a reinventarse al Cholo y la apuesta le ha salido bien. Los tres están enchufados y atinados de cara a portería. Y para San Mamés se espera el retorno de los lesionados. Toda la munición lista ante el Athletic. Bendito problema para el míster.
La gran rebelión ha sido la de Correa. Hace dos semanas, en Sevilla, recibía el abrazo de consuelo del Cholo y ayer se arrodillaba en el Metropolitano para festejar un golazo. En los dos últimos encuentros suma tres tantos, dos de ellos cocinados con maniobras de genio. El argentino parte como la punta más adelantada de este tridente de guardia, aunque sin perder esa movilidad que le hace indetectable en el campo. Igualmente, es menos titularísimo que Llorente y Carrasco a ojos de Simeone, pero ahora mismo parece muy difícil sacar a cualquiera de ellos del once.
El caso del belga lo explicó el Cholo en la previa: sin João ni Lemar, tiene que adelantar su posición, necesita su chispa cerca del área rival. Menos carrilero y más delantero. Por eso lo ha potenciado también con Lodi para guardarle la espalda y ayudarle en el campo rival. Y Carrasco, más cerca del gol, ha respondido con una racha de tres jornadas marcando. Frente al Eibar, además, le dio una asistencia a Correa y otra a Llorente. Muy buenas cifras sin descuidar sus tareas sin balón.
Y Llorente es uno de los valores más fiables del Atlético. Lo ha sido en estos dos partidos (dos goles y dos asistencias) tras descansar ante el Betis, como lo ha sido durante toda la temporada: en Liga ha marcado once tantos y ha dado diez (el que más de Primera con Aspas). Su presencia permite a Simeone agitar el sistema sin cambiar futbolistas: Marcos puede empezar en punta, pasarse a la banda y acabar como interior. Este jueves empezó escoltando a Correa, luego retrasó su ubicación y aun así le dio para robar un balón en el área rival y regalárselo a Carrasco. En el 1-0 de Correa, todo hay que decirlo, casi todo el mérito es del argentino pese a la asistencia de Llorente.
Simeone ya da vueltas al once de San Mamés
¿Y ahora qué? Simeone mira la pizarra y las cuentas son simples. Para que entren Suárez, João y Lemar, tienen que salir tres. O que no entren hasta el segundo tiempo. La titularidad está carísima, y eso le encanta al Cholo. El uruguayo, cuando esté al 100%, será el ariete, con sus 19 goles como principal argumento. Llorente y Carrasco, mientras, pueden dar pasos atrás hacia el centro del campo. Lemar, de los más inspirados hasta estas molestias musculares, compite ahora también con Herrera, al alza en la zona de creación. Correa está de dulce y es especialista en desatascar partidos cerrados y João Félix, pese a su regularidad, tiene una calidad indiscutible. Incluso Dembélé espera turno. Pero si algo ansiaba Simeone era esto. Llegar al esprint final con todo el arsenal en funcionamiento.