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SEGUNDA DIVISIÓN B

Enamorados de la moda juvenil

En plena fase decisiva en Segunda División B, es habitual ver a los equipos recurrir a los más jóvenes para despuntar. Robert Navarro o Nico Williams, estelares.

Enamorados de la moda juvenil

Ejemplos como el de Pedri o el de Ansu Fati no son precisamente buenos ejemplos. Entiéndase. Sí por rendimiento, desde luego, si bien todos los de su quinta no deben bajar los brazos. ¿Qué hacen a día de hoy los chavales nacidos en 2002, 2003 o 2004? No muchos continúan con su sueño de jugar al fútbol y muchos menos han tenido el honor de debutar en el profesionalismo. No se engañen, disputar la fase decisiva de Segunda B ya es todo un honor y privilegio para ellos. Y, sobre todo, no deja de ser sorprendente y elogiable. Los clubes se juegan el todo por el todo. Su futuro depende de una ronda a pocos partidos. Jugar en tercera, cuarta o quinta categoría puede marcar su destino y llevar los proyectos a otra dimensión. La Segunda B está llena de tiburones, veteranos de guerra y antiguas estrellas como Dani Güiza. ¿Están preparados los jóvenes más prometedores para bajarse al barro?

El actual formato de Segunda División B presenta un calendario más corto de lo habitual. Eso dificulta el brote de nuevos talentos. Cada duelo es una final. Pero siempre hay excepciones. Es el caso de los Nicos del Athletic: Serrano y Williams, hermano de Iñaki. También de Miguel Rodríguez (Celta) o Rober Navarro (Real Sociedad). Todos ellos pertenecen a filiales y están dando el do de pecho. No son los únicos. A falta de grandes inversiones, muchos equipos optan por criar ellos mismos a las jóvenes perlas para que den el salto al primer equipo. Los resultados son excelentes en una temporada compleja con un calendario apretado y con bastante más competencia respecto a otros años.

Los Nicos de Lezama

No es ningún secreto que el hermano de Iñaki está apuntando tan alto como él. Nico, nacido en el año 2002, es una de las joyas de Lezama y está acumulando mucha participación en el filial. Marcelino le conoce bien puesto que ha contado con él en varias sesiones y está ganando cada vez más protagonismo con el B. El pasado 31 de diciembre pudo debutar con el primer equipo del Athletic y ante el eterno rival, la Real Sociedad. El resultado adverso impidió su estreno. Desde entonces, no ha vuelto a entrar en ninguna lista, si bien todo apunta a que acabará vistiendo la camiseta de los leones antes de 2022.

Es internacional con las categorías interiores de Lezama y su posición natural es la de extremo derecho. También puede jugar en la otra banda, puesto en el que comenzó esta temporada. No se desenvuelve tan bien como su hermano en la posición de delantero si bien es un jugador con gol. Lleva ocho en lo que va de campaña y, sobre todo, tiene una especial incidencia en la ofensiva de los suyos. Del 1 de noviembre al 19 de diciembre, enlazó una racha de cinco partidos consecutivos marcando o asistiendo. En los cuatro partidos jugados desde finales de enero y principios de marzo lo volvió a hacer. Es más habil y de calidad que Iñaki, quizás este de un perfil más potente, aunque ambos son letales a la carrera. El pequeño no tiene en mente la influencia de su familiar y no se le caen los anillos por echar una mano atrás. ¿Ha nacido una estrella?

Junto a él, su tocayo Nico Serrano apunta a otro futuro ídolo de San Mamés. Los flancos de Lezama son dinamita. Este Nico parte de la izquierda y el otro de la derecha. Serrano también se desenvuelve bien por el centro. Es zurdo, rápido, con regate y con gol, pese a que esta temporada solo haya firmado uno. Su destino le podría definir como un juguete roto. A los 12 años se marchó de Osasuna, probó con el Real Madrid y acabó en el Villarreal. Un baile de exigencias para un pequeño, que supo lidiar bien con la confianza que le habían otogado. El Athletic le fichó del equipo de Castellón en 2018 y con 17 años debutó con el fillial. Su calidad está fuera de toda duda y tiene una alta cláusula para que ningún grande se interponga en su proyección (30 millones de euros). Marcelino le ha hecho subir con los mayores en alguna ocasión.

Xabi Alonso maneja talentos elogiables

Si las promesas de Real Sociedad y Athletic continúan a este ritmo, no sería de extrañar que en unos años se repitiese la histórica final de Copa de La Cartuja. Hasta entonces, toca disfrutar de su camino. Y el elegido para llevar las riendas no es otro que Xabi Alonso. El exfutbolista dirige apasionadamente a un grupo de chavales que amenazan con ascender a Segunda División. De ellos, dos aún tiene edad juvenil: Robert Navarro y Beñat Turrientes. El primero es uno de los líderes del equipo con nueve goles y cinco asistencias en lo que va de temporada. Es uno de los jugadores más determinantes de la categoría, algo digno de elogio para su edad. Se crió en La Masía, fichó por el Mónaco como cadete y regresó a España hecho un casi profesional. Su labor en el B le ha llevado a debutar con el primer equipo contra el Barcelona y a ir en convocatorias de Europa League. Mediocentro o mediapunta, también rinde bien por banda.

Beñat Turrientes ha sido noticia en las últimas fechas al ir convocado por Imanol Alguacil para el partido contra el Valencia. Se especuló con que incluso pudiera ser titular, ante el carrusel de bajas del primer equipo. Finalmente, se quedó sin jugar... por ahora. Acaba de cumplir 19 años y fue reclutado con tan solo 12. El pasado verano iba a incorporarse al Sanse, pero tuvo que lidiar con diez meses sin competir entre pandemia y un problema federativo. Pese al parón, su rendimiento no se cuestiona. Es una especie de Xabi Alonso, con algo más de llegada. Tiene una gran inteligencia táctica, para anticipar movimientos del rival. Para colmo, viste un gran golpeo. A este paso, Aperribay va a tener que pedir más licencias. La medular en Zubieta no deja de sacar talentos a la luz.

Karrikaburu, ¿el Haaland de Zubieta?

Y por detrás llega Jon Karrikaburu. Es un delantero de raza, nacido en 2002, aunque es un adelantado a su tiempo. Ha hecho 22 goles con la Real Sociedad C y su paso al Sanse ya era inevitable. Se quiere ir despacio con él, ya que tiene muchos focos sobre su figura. Llegó a marcar en nueve jornadas seguidas y ha despertado el interés de otros clubes del país. En dos ratos contados con el B, ya ha convertido dos tantos. Lo lleva en la sangre. Como buen 'killer' moderno, no solo sabe rematar. Ataca los espacios, se mueve libremente por el ataque y es incesante en el esfuerzo. Quién sabe si Alguacil le dará alguna oportunidad con los mayores ya en la temporada 2021-22.

El peculiar caso de Roberto Cornago: récords en la revelación de Segunda B

Nacido en 2003, Roberto Cornago se ha convertido este pasado fin de semana en el primer y único juvenil en jugar la fase de ascenso a LaLiga SmartBank sin contar los filiales. Tiene más mérito aún. No es habitual ver en un equipo compuesto por hombres curtidos en mil batallas jugar a chavales forjados desde lo más bajo. El prometedor futbolista puede jugar tanto de lateral como de extremo, casi siempre en banda derecha. Son sus primeros minutos de la temporada en Segunda División B, si bien ya tuvo alguna oportunidad en Copa del Rey. Finalmente, su debut se produjo en los minutos finales ante el Burgos, una de las mayores potencias de la categoría en la actualidad.

Unionistas le fichó el pasado verano procedente de la cantera del Rayo Vallecano para reforzar al juvenil. Sin embargo, se estrenó con el primer equipo en la pretemporada y demostró estar un paso por delante. Por eso, ha estado casi toda la temporada en la dinámica de los mayores, si bien la gran labor de los suyos le ha dificultado hacerse con un hueco. Cabe recordar que el conjunto salmantino ha sido una de las grandes revelaciones de la temporada y ha cerrado el ascenso a Primera RFEF, contra todo pronóstico en un grupo con potencias como el Deportivo de la Coruña o el Pontevedra. Cornago, mientras, espera contar con alguna oportunidad en lo que resta de una temporada que para él ha sido un salto de calidad de cara al futuro.

Pablo Torre, ¿ha nacido el nuevo Canales?

En la misma línea que Cornago, Pablo Torre también ha jugado la segunda fase de Segunda B como juvenil sin pertenecer a un filial. En su caso, la fase intermedia y no la de ascenso. No le resta mérito. Nacido en 2003 y con la mayoría de edad recién cumplida, ya se le compara, nada más y nada menos, que con Sergio Canales. Juegan en la misma posición y son unos privilegiados técnica y tácticamente. En el club mantienen la calma con él, conscientes de la extrema dureza de la categoría. Su salto al primer equipo del Racing de Santander ha despertado el interés de Real Sociedad, Barcelona, Real Madrid, Sevilla, Osasuna o incluso el Leipzig. Firmó hasta 2025, pero no es de extrañar que a este ritmo haya una guerra encarnizada por él.

Miguel Rodríguez, el prodigio de la cantera celeste

Quién le diría a Miguel Rodríguez que disputaría cuatro partidos en Primera División sin alcanzar todavía la mayoría de edad. El extremo ha contado con oportunidades ante Osasuna, Atlético de Madrid, Elche y Sevilla y se ha convertido en uno de los jugadores más jóvenes de la historia del club en debutar con el primer equipo. Además de los días que contó con el privilegio de jugar, ha sido suplente en otros muchos encuentros debido a los problemas de lesiones con los que han contado Óscar García y Coudet. Es uno de los motivos por los que ha tenido algún que otro problema de adaptación con el filial. En ningún momento de la temporada ha podido hacerse con la titularidad de forma regular, aunque el club confía mucho en su proyección. Es un extremo zurdo, con desborde y gran disparo. Ha llevado el brazalete de las inferiores de la Selección, lo que habla de su carisma y confianza.

Gabriel Veiga es el otro juvenil que ha bailado entre filial y primer equipo en lo que va de 2020-21. Es el futbolista con más valor de mercado del B, según el portal especializado Transfermarkt. Fue titular en la cuarta jornada de campeonato contra el Barcelona. Los suyos perdieron por cero goles a tres, aunque le sirvió como un máster. Al igual que su compañero Miguel Rodríguez, estar tanto tiempo con los mayores le ha dificultado enormemente entrar con fuerza en el filial. Puede jugar de mediocentro, mediapunta o extremo izquierda. Es carismático y habilidoso con la pelota. A sus 18 años, también es habitual en las inferiores de la Selección.

Más nombres: Antonio Marchena, Castri...

Parece mentira que pese a todas las exigencias de la Segunda B haya tanto talento joven en primera línea. Antonio Marchena, del Betis Deportivo, es otro ejemplo. La lesión de Abdoul Bandaogo le dio la oportunidad de imponer su talento en la medular. Acaba contrato en 2022 y la entidad ya le ha ofrecido renovar su vínculo. Castri, del Valladolid Promesas, suma dos goles en la presente temporada y se ha hecho con la titularidad en otro de los equipos que apunta al ascenso a Segunda División. No son Pedri ni Ansu Fati. Por ahora. Pero tienen todo el futuro por delante.