ESPANYOL

Fútbol 'freestyle' en Cornellà

El Espanyol va de goleada en goleada con una gran actuación de sus regateadores, con Melamed, Embarba y Darder como estandartes del juego.

Eric Alonso

Fin del adagio. De goleada en goleada hasta el ascenso final, con una racha y un fútbol in crescendo, que empezó como un adagio pero que ahora transcurre a ritmo de heavy metal. El Espanyol se ha desmelenado en el tramo más determinante del curso, al que llega sin tener piedad de sus rivales, ya sea Logroñés (4-0), Castellón (1-3) o Fuenlabrada (4-0), tres conjuntos que incluso llegaron a jugar buena parte de sus partidos con diez jugadores porque el equipo perico les obliga a ir al límite, y ese desenfreno tiene un peaje que bien aprovechan los de Vicente Moreno, líderes una jornada más.

Las gambetas. El liderato se sustenta en un equipo que ha dado un paso adelante en las últimas semanas. Juega el Espanyol en campo contrario y sus mejores jugadores vuelven a brillar. Darder, Embarba y Melamed disfrutan con sus gambetas: amagan, giran, se frenan, aceleran, con la derecha y con la izquierda; abusan incluso, golean, sonríen. Como si estuvieran en cualquier cancha en la calle, bajo los focos del barrio, donde la mayor acrobacia es la más premiada. Tres momentos les definen, calidad en estado puro.

La pulsión. La primera ocasión del Espanyol fue un remate al palo de RdT (que desvío un Dimata de movimientos anárquicos) en el minuto 6. Pero es mejor rebobinar la jugada. Todo nace de un balón que recibe Darder en área propia, rodeado de cinco conrarios y de espaldas. El de Artà hizo un control orientado hacia el lado libre y con la izquierda le puso un balón a Dídac para que saliera del atasco y se incorporara a la autopista. Detalles que ya alegran un partido, como después su majestuosa jugada que propició el 3-0. Darder es la pulsión verdadera.

Embarba.Gorka Leiza

La lagartija. De la sangre fría de Darder a la velocidad de Melamed, que se mueve soobre el césped como una lagartija, capaz de cambiar de dirección en un metro tantas veces como se lo proponga. Ocurrió en el minuto 27, cuando controló el balón en el área grande tras la salida de un córner y, rodeado de rivales, fue capaz de aguantarlo y profundizar donde había espacio. En Melamed hay acciones solo al alcance de unos cuantos elegidos. Se mueve por el campo con la libertad de un niño en cualquier parque.

Un referente. No tan dotado por esa varita, pero con otro don en sus piernas, se maneja totalmente renovado Embarba. El extremo volvió a golear, a dar asistencias, a regatear y a hacer jugadas que aparecerían en cualquier resumen, como la que protagonizó antes del descanso en la que se fue de tres jugadores con su verticalidad y con un caño incluido. Menos hábil quizás que Melamed, pero más potente en sus movimientos. De nuevo demuestra que es uno de los mejores jugadores de la categoría.

El concierto. Con esos tres artistas, que no solo ofrecen soluciones productivas al juego sino que disfrutan con sus virguerías, el Espanyol de Raúl de Tomás, que regresó con dos nuevos goles, se mantiene firme y líder de la categoría, metiendo presión a Almería, que será uno de los próximos rivales. Ni el COVID, ni las bajas de los de los internacionales se oponen a un Espanyol que parece haber recuperado su martillo y su coherencia. Y los jugadores saben que ya solo queda la última parte del concierto.

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