El Espanyol se da un baño de autoestima sin Raúl de Tomás
Puado, Embarba –con un delicioso taconazo de Melendo–, Pedrosa y Dimata arrollaron a un Logroñés en caída libre. Los pericos, provisionalmente en ascenso directo.
Comenzaba en el Día Internacional de la Felicidad frunciendo el ceño el Espanyol, por la baja de última hora de su ‘pichichi’, Raúl de Tomás, con molestias en una rodilla. Pero las Naciones Unidas no engañan, a no ser que seas seguidor del Logroñés, claro, y acabó la noche con una sonrisa de oreja a oreja el conjunto perico. Con su particular inicio de la primavera en una goleada que le reconcilia consigo mismo, con su afición –centenares de seguidores recibieron el autocar– y con el mundo, y que le devuelve al tablero del ascenso directo después de tres empates consecutivos. Un baño de autoestima a costa, eso sí, de un conjunto albirrojo que se va hundiendo irremisiblemente en la clasificación, en un 2021 terrorífico.
De hecho, no solo se hunde el Logroñés en la zona baja de Segunda, sino que también se sumergió de entrada en su debut en el RCDE Stadium, cual submarino, pero sin periscopio y con el plan de aguantar como en una trinchera infinita. Ni la disposición de Sergio Rodríguez con tres centrales impidió la avalancha de un Espanyol que fue a por faena, que merodeó el gol en un primer chut de Pedrosa y en una llegada de Dimata que el sustituto de RdT no se atrevió a rematar, y que encontró la recompensa a los 22 minutos por pura insistencia. Con un centro cerrado con la zurda de Embarba, el asistente de LaLiga Smartbank, que Puado cabeceó, casi susurró al esférico, para introducirlo en la red, instantes antes de que David López fuera sustituido por una fuerte contusión en las costillas.
Sin dar un balón por perdido, así llegó también el 2-0, en que Melendo remendaba un chut propio rechazado por Miño, meta natural de Cornellà, para regalar con el recurso de un soberbio y museístico tacón el tanto a Embarba, que aquí cambiaba su faceta a la de goleador. Trataba de digerirlo el Logroñés cuando, apenas un minuto después, Pedrosa avanzó metros como quien corre por el pasillo de su casa para probar con un zurdazo que el meta albirrojo no acertó a detener. Diez remates llevaba ya en el minuto 26 el Espanyol, en el que curiosamente tanto Puado como Pedrosa golearon justo antes de marcharse al Europeo Sub-21, si es que el cambio del lateral zurdo tras el descanso no respondió a un contratiempo en forma de lesión.
Totalmente descompensado, en el Logroñés apenas se contabilizó un remate alto de Roni antes de que en la segunda parte se relajaran los pericos, además de la expulsión de Sierra en el 80' por doble amarilla y de la lesión de Nano, que se lastimó el hombro en una caída fortuita y que acabó en la grada con hielo. Al fin y al cabo, no quedó mucho más frío que el resto de sus compañeros, especialmente después de que Dimata completara la goleada de la noche, gracias a la generosidad de Puado, justo antes de ser sustituido.
No vivía el Espanyol un triunfo tan plácido desde hacía tres meses, precisamente desde el 0-3 en su visita a Las Gaunas, aunque su misión ahora que se ha reencontrado con la senda del triunfo consistirá en confirmar que esta goleada no ha sido un mero espejismo. Los deberes del Logroñés son absolutamente opuestos: tratar de olvidar cuanto antes su tortuoso debut en el RCDE Stadium para enderezar su camino, ahora que el colchón de aquellos seis triunfos del inicio es ya solo un vago recuerdo y que el descenso acecha con sus llamas al equipo y especialmente a su entrenador, el artífice del ascenso, Sergio Rodríguez.