RACING 0 | ARENAS 0

El Racing se borra de la lucha por el ascenso

Los de Solabarrieta no estuvieron a la altura de lo que se jugaba el club y se vieron siempre maniatados por el Arenas. Queda pelear la plaza en 1ªRFEF

Santander
Nacho CuberoDiario AS

El Racing se despidió de la posibilidad de tan siquiera luchar por el ascenso de la peor manera posible. Sin fútbol, sin piernas, sin precisión y sin alma, fue incapaz de doblegar al Arenas en cualquiera de las facetas del juego. Con un fútbol pastoso, estático, en el que nadie se ofrecía ni provocaba espacios para que los aprovecharan sus compañeros, un 4-4-2 clásico de los areneros cortocircuitó por completo el juego de los verdiblancos, que ni tan siquiera dieron la sensación de tirar de casta cuando se vio que el juego no daba para ganar. Mucho más digno fue, sin duda, el partido de los racinguistas hicieron en Gobela, que le costó el despido a Rozada.

El choque empezó con la sorpresa de ver que los vizcaínos no podían contar con media docena de titulares habituales y hasta tal punto condicionaban las bajas la alineación de Olaizola que el pivote que acompañaba a Celihueta en la sala de máquinas tenía que ser un extremo como Jurgi Oteo. Solabarrieta apostó por el 4-2-3-1 que le había llevado a la remontada de la segunda vuelta y las cosas pintaban bien para los locales..., hasta que pitó el árbitro.

Nacho CuberoAS

El Racing empezó con una circulación de balón excepcionalmente lenta. Y torpe. Sin precisión en el pase. Sin agresividad. Si Riki no puede contactar con Pablo Torre el fútbol racinguista pierde muchos enteros, y frente al Arenas se juntaron Guatemala con Guatepeor, la versión más mediocre de los dos. A partir de ahí, todo fue un despropósito, con los centrales sufriendo para sacar el balón, con los laterales incapaces de hacer daño, Traver incómodo y Cedric solo y desasistido (y eso que empezó el partido enchufado). Solo Soko daba la sensación de estar capacitado para desequilibrar el partido, pero tampoco eso detectaron sus compañeros..., ni su entrenador, que mediada la primera parte decidió pasarle a la izquierda para que Traver estuviera más cómodo en la derecha. Mal negocio parece desactivar a tu mejor elemento para intentar enchufar a otro con menos opciones de romper el partido.

El Arenas, muy serio, se armó de paciencia convencido que una iba a tener. Y la tuvo Altube, que remató con el pecho en el área pequeña. Fue la única ocasión arenera. El Racing había tenido otra, tras una colada de Soko por la derecha, que acabó marrando Pablo Torre, que remató con la uña desde el punto de penalti cuando Atangana había dejado la portería desguarnecida. No hubo más en el primer tiempo.

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En el segundo, más de lo mismo. Solabarrieta sacó a Gerson por Gil tras el descanso, buscando salida de balón, metió pronto a Jon Ander y Cejudo..., todo dio igual. El Racing no generó nada y siempre parecían más cómodos los de Olaizola sobre el terreno de juego. Se pasó al 4-4-2. Nada. Se buscó más juego directo. Agua. Acumulando despropósitos se llegó al 90', sin poder contabilizar más que un Uyyy en un lío a la salida de un córner. Se protestó, y con razón, que el colegiado solo añadiera 3' al tiempo reglamentario, pero la sensación que recorría las gradas de El Sardinero era que aunque hubiera dado 33' más, el Racing hubiera sido incapaz de meter un gol. Ni lo mereció, ni generó peligró. Ni tan siquiera embotelló a los de la margen derecha, que pese a las numerosas bajas, pareció en Santander un equipo con las ideas más claras que el Racing.

El fracaso, no poder siquiera competir por entrar en el playoff de ascenso, es enorme. La semana será dura para el racinguismo, pero no se debe olvidar que todavía puede ser peor si se escapa la 1ªRFEF y la vía para ser uno de los dos primeros en la nueva liguilla, que son los únicos que evitan el drama de la 2ªRFEF, empieza el domingo en Amorebieta. Quedan siete finales. Luego habrá tiempo para pasar facturas. Ahora toca salvar los muebles.

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