Solari y su América madridista revolucionan México
El extécnico blanco ganó el Clásico Nacional mexicano con el canterano madridista Fidalgo como manija. Cuarto triunfo consecutivo y en El Nido ya se sueña con el título.
EI Real América de Solari pasa por ser ahora mismo el equipo más caliente de la Liga Méxicana y más tras llevar a Las Águilas a un 0-3 contra Chivas en el gran Clásico del país. El extécnico blanco está recuperando el plumaje de un grande herido, contra críticas feroces de colegas y con la ayuda de una escuadra y un cartabón sacados de Valdebebas. A la aventura mexicana se llevó a su segundo en el Madrid, Santi Sánchez, un veterano de La Fábrica, y también pidió en enero el fichaje mediante cesión de su excapitán en el Castilla, Álvaro Fidalgo, que en apenas unas semanas cambió Castellón por el Estadio Azteca para convertirse en la manija azulcrema...
Solari ha dado la vuelta al turbio panorama americanista. Ha ganado seis de las últimas jornadas del Clausura, incluido ese 0-3 al Rebaño Sagrado en el Clásico mexicano y tiene a América como el único que sigue el rebufo de Cruz Azul, primero con dos puntos de ventaja. Los cuatro primeros pasarán directamente a cuartos de final de la pelea por un título que, de repente, en El Nido, la sede de América, vuelve a verse posible.
Solari ha sabido rodearse para dar el salto a una competición y un país desconocisos. Con Santi Sánchez, técnico prestigioso de La Fábrica y que fue mano derecha del argentino durante su breve estancia como entrenador del Madrid, ha formado un tándem que no lo ha tenido fácil, pese a contar con futbolistas de renombre como Ochoa y Gio Dos Santos. Solari hubo de lidiar con una crítica feroz desde la casilla de salida. Tanto de su predecesor Piojo Herrera (“Esta aprovechándose de la estructura que le dejé montada”) como de otros extécnicos americanistas, caso de Juan Antonio El Cabezón Luna, que fue muy duro de inicio: “Traía jerarquía pero se queda corto, su América es timorato”.
Con Fidalgo a los mandos
Problemas que ha ido saltando Solari como si fuera una competición hípica a base de triunfos. Un brío en el que ha tenido que ver Álvaro Fidalgo (23 años). El mediocentro criado en Valdebebas fue titular desde su segundo partido, contra Pachuca, y fue el primer jugador en hacer pleno de pases acertados (43 de 43) en el Clausura. Desde entonces es un fijo aunque esté a préstamo por unos meses, con opción de compra. Fidalgo, Sánchez, Solari y un América teñido de blanco madridista.
Federico Magallanes (Montevideo, 1976) forma parte de una reducidísima y especial especie, la de los futbolistas que ficharon por el Madrid pero nunca llegaron a debutar. Le pasó a este atacante uruguayo, que cambió la fría Bérgamo, donde despuntaba en la Atalanta, por El Madrid de los Ferraris. Hiddink no le dio bola, se fue cedido al Racing y nunca volvió. Atiende a AS desde Uruguay para analizar este desenlace entre el Madrid y La Dea, el club que le catapultó a Europa...
¿Qué podemos esperar tras el 0-1 de Bérgamo? No parece definitivo...
Para nada. La Atalanta lleva varios años siendo muy bueno fuera de casa, casi siempre marca y el Madrid tendrá que estar atento. Se van a jugar el todo por el todo. La ida estuvo marcada por esa roja que condicionó psicológicamente a la Atalanta, pero han visto que pueden jugar de tú a tú al Madrid.
Vayámos a 1996, cuando usted salta de Peñarol al Calcio, a aquella Atalanta...
Fue un cambio brutal, en lo personal, lo profesional y lo económico. Otro mundo. Llegué a Bérgamo y la vida era tan diferente... A las tres de la tarde ya era de noche. Y entonces no había internet ni móviles...
Vamos, que se aburría.
Bastante, sí (ríe).
¿Ha cambiado mucho La Dea de su época a este club actual que se codea con los grandes?
Económicamente siempre han ido bien. En mi época estaban Inzaghi, Lentini, Morfeo... Es cierto que ahora se han superado, han encontrado la clave. El salto me recuerda al que dio el Sevilla.
De Bérgamo al Madrid. ¿Cómo se enteró?
Estaba en Ibiza con Paolo Montero, que es el padrino de mi hija. Me acuerdo como si fuera hoy. Me dijo que me preparase para ir a Madrid. Tuve que estar oculto en un hotel.
¿Perdón?
Sí, estuve quince días allí metido en un hotel hasta que se cerrara la negociación. Hasta que no se firmaron los papeles, ya sabe. No podía salir porque yo estaba... como que no estaba en Madrid. Estaba por así decir de incógnito, camuflado (ríe).
Eso hoy en día, con las redes sociales, parece un imposible...
Hoy a los 30 segundos ya se habría sabido todo...
Y por fin le dan luz verde pero dice Hiddink en público que no sabe quién es Magallanes.
A mí lo me que me dijo es que no me iban a inscribir en la Champions. Para jugar sólo en la Liga española decidí irme. No estaba preparado para fichar por el Madrid. Fue una cosa que se sacó Paco Casal de la galera (chistera). Al final me fui al Racing cedido.
Dice que no estaba preparado. ¿Era algo mental?
¡No, qué va! Yo jugué en Peñarol, que igual hay hasta más presión que en el Madrid porque la hinchada es muy brava. No tenía el cartel futbolístico necesario para ir al Madrid y poder tener los diez partidos necesarios para mostrarme. Eso fue.
¿Y cómo deja el club blanco?
No me acuerdo bien, pero creo que rescindimos el contrato justo después de aquel año cedido.
¿Le queda la espina de no haber jugado siquiera un partido?
Me habría gustado, pero son cosas de la vida. Tampoco por algo así te puedes morir.
Hábleme de su compatriota, de Fede Valverde.
Va a terminar su carrera en el Madrid salvo que pase algo raro. Zidane confía en él a morir. Es un jugador grandísimo y lo seguirá demostrando, no tengo dudas.
Mójese, déme un pronóstico.
No estará el Bernabéu lleno, no es lo mismo. El Madrid es favorito, pero que no se confíe porque últimamente no anda bien...