ATLÉTICO DE MADRID

Koke y Simeone, una sociedad legendaria para el Atlético

El capitán es indiscutible, es el motor del Atlético y ha jugado 313 partidos de Primera con el técnico, la sociedad que más ha coincidido en la historia de la Liga.

CHEMA DIAZDIARIO AS

Koke, Simeone y Atlético de Madrid. Un triángulo indisoluble. Los dos primeros representan al tercero desde hace años y son piezas clave en los éxitos de la historia reciente del club. El capitán y el entrenador forman un binomio de leyenda, una sociedad que ha vivido unida más partidos de Primera que ninguna otra. El derbi fue el encuentro número 313 en Liga que Simeone hace jugar a Koke, récord histórico de la competición.

El medio es el único rojiblanco de la plantilla actual que ha vestido de rojiblanco en todas las temporadas de la era Cholo. Han sido diez campañas, la primera desde el parón y navideño y esta última aún por terminar, por lo que el porcentaje de partidos jugados es altísimo: el 6 ha estado en 313 de las 351 jornadas (89,2%) que lleva Simeone. Koke dejó atrás ayer Zoco, que participó en 312 a las órdenes de Miguel Muñoz, entre 1962 y 1974.

Godín, Gabi, Saúl...

Koke, con sus 10 cursos de cholismo, es el alumno aventajado, con clara distancia sobre los demás. Entre todas las competiciones, ha jugado 451 partidos con el técnico argentino. Por detrás quedan Godín, con 344 encuentros (dos temporadas menos, ésta y la anterior) y Gabi (329, salió en 2018). Escalando puestos vienen Saúl, que lleva 323 y en el derbi igualó a Juanfran, y Oblak, con 289, aún lejos, pero también fijo para el míster.

Para el capitán, además de hacerse fuerte en el vestuario desde que salieron los pesos pesados en 2019, esta temporada ha sido importante para su rol deportivo. Indiscutible en el eje, como medio centro único, ha brillado, ha creado una sociedad muy interesante con Lemar y Llorente y, como premio, ha recuperado su sitio en la Selección. En el derbi dio una nueva lección de autoridad, iniciando el juego rojiblanco, que siempre pasa por sus botas, y desempeñando otras funciones que lucen menos, ayudando a que el Atlético no se partiera. Delante tenía un reto mayúsculo: maniatar a Casemiro, Kroos y Modric. Y no defraudó.

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