La afición del Tottenham pide a Bale
El galés se ha reivindicado con sus actuaciones en Europa League y ante el West Ham. Los seguidores lo empiezan a ver como una posible solución a la crisis 'Spur'.
La vida puede dar un giro de 180 grados en tan solo cuatro días y si hablamos de fútbol, la afirmación es aún más cierta. El mes de febrero iba encaminado a ser casi el capítulo final de la cesión de Gareth Bale en el Tottenham. Dos suplencias sin vestir de corto, dieciocho minutos en el 3-0 recibido ante el City y un intercambio de declaraciones entre Mourinho y Jonathan Barnett, agente del galés, sobre el estado físico del jugador del Madrid.
Una situación que no invitaba para nada al optimismo y que Gareth Bale podría haber dado la vuelta en tan solo dos partidos. Y es que por mucho que se hable, donde verdaderamente se pueden cambiar las cosas es sobre el campo. Bale volvió a la titularidad el jueves pasado en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League ante el Wolfsberger. 64 minutos en los que el galés demostró que cuando quiere sigue siendo un jugador determinante. Una asistencia y un gol, correspondientes a los dos primeros tantos que encarrilaban el partido para los Spurs.
Bale fue de los mejores, o quizá el mejor de los londinenses, pero la inferioridad del rival restó importancia a la actuación. Todo lo contrario que lo ocurrido el domingo ante el West Ham en un derbi de Londres que era crucial para los de Mourinho. El equipo cayó por quinta vez en los últimos seis partidos a pesar de rozar la remontada. Mou sacó a Bale al inicio de la segunda parte para cambiar un marcador que era de 1-0 pero que pronto, en el 47', ya era de 2-0.
El mejor del partido en 45'
El galés cambió completamente la cara del equipo y lideró una remontada fallida en el London Stadium. De sus botas salió el córner con el que Lucas Moura recortó distancias y estrelló contra el larguero una volea desde fuera del área que hubiese sido el gol de la jornada y que recordó al galés que enamoró al Bernabéu hace ya unos cuantos años. Su incidencia en el juego fue tal que la web Sofascore le dio la mejor nota del partido, 7,4, a pesar de haber jugado solo 45 minutos y haber salido del campo derrotado.
En esos 45 minutos Bale tocó 46 balones, el doble que su media en la Premier League, más que Kane (35) y solo cinco menos que Son, disfrutando ambos de los 90 minutos. Además, disparó tres veces, intentó cuatro regates completando uno y dio 23 de los 27 pases que intentó. Seguramente su partido más completo desde que volvió al Tottenham no solo por su importancia sino por la sensación que dio de estar involucrado con el equipo y ser el jugador que tiraba del carro en búsqueda de la remontada.
Esta actuación no pasó desapercibida para una afición que hace unos años le idolatró y al final del partido fueron muchos los que fueron al tweet que puso el galés y el Tottenham para felicitar al jugador y pedir a Mourinho que le diese más minutos. Lógicamente la situación tan complicada que pasan los Spurs, novenos a nueve puntos de los puestos Champions facilitan la crispación de una afición que ve en Bale una posible solución.
El propio Mourinho habló de Gareth en la rueda de prensa postpartido declarando que "nadie puede dudar de su calidad", pero que otra cosa es "su capacidad para jugar tres partidos por semana". El luso sigue racionando los minutos a Bale pero los seguidores empiezan a presionarle apoyados en el buen rendimiento del jugador en los últimos partidos. Con más que la obligación de ganar, los Spurs se miden al Wolfsberg en la vuelta de dieciseisavos el jueves y ante el Burnley el domingo, dos partidos en los que el de Cardiff tendrá la oportunidad de demostrar que lo de la semana pasada no fue un espejismo. Quizás aún estemos a tiempo de ver el tridente soñado por la afición del norte de Londres, ese formado por los ídolos del presente Kane y Son y el ídolo de un pasado cada vez más lejano, Gareth Bale.