El Schalke, el equipo de Raúl en Alemania, en situación límite
No queda otra que aferrarse a Santa Bárbara, patrona de los mineros. Quedan 12 jornadas de Bundesliga y el equipo es colista, con sólo 9 puntos.
Son días raros en Gelserkinchen. Y aunque se encuentre a 1.689km de Madrid, también son días difíciles para Raúl González Blanco, más allá de lo que pase con su Castilla y Real Madrid. El Schalke vive horas bajas. Bajísimas. Va de cabeza a la Segunda División Alemana si no hay un milagro que se tercie. Ni los fichajes invernales como Huntelaar, Mustafi o Kolasinac parecen evitar una debacle que llevaría al equipo minero por cuarta vez en su historia a la categoría de plata del fútbol alemán. Lo vivido el sábado en el derbi del Ruhr fue el último bofetón de la temporada. Todos duelen, pero la derrota ante el eterno rival escuece aún más. La situación es tan dramática que, horas antes de que se jugase esta especie de ‘Real Madrid-Atlético de Alemania’ (la rivalidad entre el Schalke y Borussia pasó a un segundo plano en los últimos años por el dominio del DerKlassiker entre Bayern y Borussia, como sucede en España con el Madrid-Barça en detrimento del Madrid-Atleti), unos 200 ultras entraron al hotel del equipo Heiner's Parkhotel, para abroncar a los jugadores, pero el director deportivo, Jochen Schneider, y el gerente, Sascha Riether, calmaron los ánimos y consiguieron sacarlos del hotel. Los jugadores Kolasinac y Fährmann salieron a la calle minutos después para intentar apaciguar los ánimos de los ultras. Lo que sucedió después sobre el Veltins-Arena fue para olvidar. 0-4 ante el eterno rival. El cabreo ya no fue como la idéntica goleada que sufrieron como local ante el Bayern Múnich el pasado 24 de enero, donde la mascota del equipo se marchó completamente hundida. Esta vez la policía tuvo que proteger a los jugadores del Schalke y Borussia una vez finalizado el partido. "No hubo heridos ni detenciones", informó la policía de Renania del Norte de Westfalia.
Con un solo triunfo en lo que va de temporada y tres entrenadores (Baum, Stevens y, desde el pasado 27 de diciembre, Christian Gross), el panorama pinta en bastos para los 12 partidos que quedan y con una distancia de nueve puntos para jugar al menos la permanencia. "Una Bundesliga sin el Hamburgo ya es suficientemente mala, una Bundesliga sin Schalke sería igualmente indeseable", dice Watzke, director general del eterno rival, el Borussia Dortmund. El Schalke bien podría ser un ‘skalle’, que en alemán es un montículo seco y pedregoso. En otra época bajo esas piedras se explotaba el ‘oro negro’, como cuando el Schalke en los últimos años era un respetado equipo en la Champions League, pero la industria del carbón echó el cierre en 2018, cuando la última mina de Bottrop dejó de producir. Parece que el fin de una época dorada en lo económico y en lo deportivo van de la mano. La cuenca del Ruhr fue la región minera más importante de Europa durante años tras la II Guerra Mundial. Por eso, el equipo del Schalke es uno de los más queridos en el país, con un millón de aficionados repartidos por toda Alemania. De Gelsenkirchen a Dortmund hay un radio de 40 kilómetros de antiguas galerías. Cada pozo daba trabajo directo a más de 5.000 personas. Hoy la gente se sigue saludando con el Glückauf, que en español se traduciría como “suerte arriba” porque era lo que se decían los mineros cuando les tocaba bajar a 2.000 metros de profundidad y encomendarse a Santa Bárbara, patrona de los mineros para salir de las profundidades de la tierra con vida. Hoy en Gelsenkirchen casi nadie confía en la salvación y hasta el propio club ya está planificando la temporada que viene en Segunda. En la acera de enfrente, en Dortmund, recibieron al equipo en volandas (saltándose, por cierto, todas las medidas anti COVID) por infligir el último correctivo al eterno rival. Fue la celebración del que pudo ser el último derbi en mucho tiempo. Desde 1963, Schalke y Dortmund se enfrentaron 98 veces en la Bundesliga, con 36 triunfos para los borusser y 32 para los de Gelsenkirchen.
Crisis económica
Con un valor empresarial de 814 millones de euros, el Schalke sigue siendo el 15º club de fútbol más valioso de Europa, según los expertos financieros del KPMG Football Benchmark. Pero hay una deuda de unos 240 millones de euros agraviada por la crisis del coronavirus y, como le sucede hasta el mismismo Barça, el riesgo de desaparición por motivos económicos es una fantasma que sobrevuela por momentos si la situación deportiva no se endereza. El Gobierno de Renania del Norte de Westfalia avaló al club para que haga frente a su deuda económica, agravada por la crisis del COVID-19. Ahora tiene que solicitar ante la Bundesliga su inscripción antes del 15 de marzo y para la Segunda División antes del 1 de abril. Pero la situación es crítica. Según como está ahora el equipo, podrían salir 17 jugadores de la plantilla actual sin cobrar un solo euro. Un problema económico y de planificación. El equipo todavía no se ha repuesto del tremendo bache sufrido la temporada pasada, cuando con David Wagner en el banquillo, se completó una primera vuelta igualando al Borussia Dortmund, en la quinta posición de la tabla, pero una nefasta segunda vuelta, con un único triunfo, dejó al equipo en un estado de letargo del que todavía no se ha despertado. Ahora, los de Christian Gross deberían completar una machada para conseguir una salvación que, en los últimos años, ronda los 30 puntos, esto es, ganar siete de los 12 partidos que les restan en el calendario.
Fecha | Local | Visitante |
27-feb | Union Berlin | Schalke |
05-mar | Schalke | Mainz |
13-mar | Wolfsburgo | Schalke |
20-mar | Schalke | Mainz |
03-abr | Leverkusen | Schalke |
11-abr | Schalke | Augsburgo |
17-abr | Friburgo | Schalke |
21-abr | Arminia | Schalke |
24-abr | Schalke | Hertha |
08-may | Hoffenheim | Schalke |
15-may | Schalke | Eintracht |
22-may | Colonia | Schalke |
Clasificación de la Bundesliga
La etapa del 'señor' Raúl
La situación límite que atraviesa en estos momentos contrasta con los días de gloria que vivió la entidad, cuando en el verano de 2010 fichó a Raúl y encadenó después cinco temporadas clasificándose para la Champions (cayendo en semifinales, cuartos y tres veces en octavos). El que fuera capitán del Real Madrid y también del Schalke (en su segunda temporada) se despidió del equipo minero en 2012 con un fastuoso homenaje. Fueron 'sólo' dos años, pero Raúl recibió en el Veltins-Arena el cariño que le faltó en su despedida en el Real Madrid (6 Ligas, 3 Champions, 2 Intercontinentales, 1 Supercopa de Europa y 4 Supercopas de España). El 'señor Raúl' conquistó una Copa y una Supercopa en Alemania, donde marcó 39 goles. Pero en el recuerdo de los raulistas quedó, sobre todo, la temporada 2010-11 de Champions, donde el Schalke fue la gran sorpresa de la competición. Se cargó al Inter en cuartos (2-5), cuando los italianos eran los vigentes campeones de Europa. Demostró que aterrizó en el Schalke para seguir compitiendo después de 16 años triunfales en España. "Tal vez no sintiera un gran amor desde el primer día, pero por sorpresa me sentí como en mi casa en apenas una semana, como si hubiera llegado a mi lugar. Hubo una unión y una vinculación muy especial entre los aficionados y yo", explicaba el eterno siete y ahora entrenador del Castilla. Esa vinculación emocional la mantiene todavía y, como buen raulista, se agarra a la Cofradía de la Hulla Ardiendo de la permanencia del Schalke. Se niega todavía a ver al Schalke en Segunda. Ahora toca darle al pico y la pala más que nunca. Y, por supuesto, aferrarse a Santa Bárbara...