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REAL MADRID

El proyecto arde

Zidane no peligra de momento, pero en el club no entienden varias de las decisiones del marsellés: su mano blanda con algunos jugadores, Odegaard, Jovic...

Madrid
Zidane, durante el Alcoyano-Real Madrid.
Zidane, durante el Alcoyano-Real Madrid. Getty Images

Zidane no corre peligro… de momento. El Alcoyanazo y la eliminación de la Supercopa ante el Athletic han dilapidado aún más el crédito menguante que el técnico marsellés empieza a tener dentro del club. Aún así y según pudo saber AS, su destitución tras la peor semana del Madrid en mucho tiempo está descartada. La idea es aguantar hasta la eliminatoria de Champions con la Atalanta y que el papel que haga el equipo en Europa decida el futuro de Zizou. Pero la cuerda está amenazando romperse por varios sitios.

Una nueva debacle este sábado en Vitoria (el equipo se mide al Alavés a las 21:00 en partido de Liga) podría precipitar una decisión más drástica, aunque ese es el escenario en el que no quiere entrar ni de refilón el presidente. Insisto, de momento… A Zidane no solo le ha hecho daño esta semana la doble eliminación prematura en Supercopa y Copa del Rey (a Solari le destituyeron por perder tres competiciones en siete días), sino la imagen que Zinedine y varios de sus jugadores están ofreciendo. No se entiende que haya menoscabado a varios jóvenes que son apuestas estratégicas de la entidad, a cambio de proteger a futbolistas veteranos que están demostrando estar desmotivados y pensando ya en otra cosa alejada del hambre de ganar títulos a toda costa.

Odegaard, asunto caliente

En la planta noble se discute que no es normal que Odegaard se quiera ir, aburrido de su ostracismo, al ver que por delante tiene a Isco, claramente en un bajón futbolístico que le ha alejado de su imagen triunfal de las dos últimas Champions ganadas en Cardiff y Kiev con él de titular. También consideran que jugadores como Lunin (que no había jugado un solo minuto hasta Alcoy), Odriozola, Militao, Vinicius o Mariano han estado tan infrautilizados que cuando les ha tocado dar el paso estaban fuera de su mejor forma. Eso le llevó también a Jovic a pedir su cesión, a pesar de que Zizou recomendó hace dos veranos su fichaje desembolsando el club 60 millones de euros por el serbio.

También se le imputa a Zidane que jóvenes contrastados como Reguilón, Achraf, Marcos Llorente, Brahim o Borja Mayoral triunfen en el Tottenham, el Inter, el Atlético de Madrid, el Milán y el Roma después de entender de que si se quedaban junto a Zidane su papel iba a ser residual o incluso nulo, como es el caso de Reguilón y Llorente, los casos más significados al ser dos jugadores a los que el técnico no les concedió nunca siquiera el beneficio de la duda. Zidane se ha arropado en su guardia pretoriana (14 jugadores) y es cierto que así ganó la Liga del Coronavirus y que en total suma 11 títulos, solo superados por los 14 de Miguel Muñoz. Pero la tendencia actual del equipo es de caída libre y a Zizou no se le ve alterado ni inquieto por ello.

Ese pasotismo gestual tiene desconcertados a los responsables de la entidad. “No es un fracaso, estas cosas pueden pasar. Ahora tenemos que centraros en la Liga y la Champions”, dijo en Alcoy nada más acabar el partido para incredulidad de casi todos. Consideran que Zidane está permitiendo la indolencia de algunos jugadores que saben que hagan lo que hagan van a acabar teniendo protagonismo en el equipo, mientras que otros lo van a tener en japonés por más que quieran demostrar en los entrenamientos que están para jugar.

Falta de comunicación

También la comunicación entre el francés y el vestuario ha dejado de ser tan fluida como era en los días de vino y rosas. Antes de empezar la prórroga, solo se le vio hablar un momento con Marcelo y con Victor Chust, para comentar la jugada del gol de córner que dio pie a la prórroga, pero no hizo la habitual charla motivacional de grupo que en su momento entronizó a Zinedine como un técnico con empatía con los jugadores perfecto para un vestuario como el del Madrid.

En suma, en el club no van a tomar decisiones drásticas hasta que suene el himno de la Champions (el partido de ida con el Atalanta se jugará el 24 de febrero en Bérgamo), con la esperanza de que en estos 34 días sea capaz Zizou de reencauzar la marcha del equipo en la Liga, competición que todavía está en condición de disputar al Atlético del Cholo. Pero si en este mes de miércoles libres se vuelven a suceder más tropiezos tipo La Rosaleda o El Collao, las páginas de Zizou con el banquillo del Madrid pueden empezar a preparar sus últimos capítulos…