Chavarría decide en la prórroga un partido para olvidar
Málaga y Oviedo firmaron un encuentro soporífero, carente de ocasiones y que se resolvió en el 118’. Ambos equipos volverán a verse las caras el sábado en Liga.
Pablo Chavarría acudió al rescate de un partido soporífero en La Rosaleda. Sin fútbol, con ocasiones contadísimas y con Málaga y Oviedo más pendientes de su cita del fin de semana que del pase a la siguiente eliminatoria. La trama, obvio, desencadenó en una prórroga en la que el argentino protagonizó el desenlace ejerciendo de cazagoles y penalizando hasta el extremo un rechace de Jon Femenías. El delantero fue la gran sorpresa en la lista de Pellicer, que quiso darle algunos minutos para que vaya cogiendo ritmo después de varias semanas de inactividad. Y lo aprovechó dando la clasificación y sumando un gol más a su cuenta.
La prioridad para uno y otro equipo son los puntos y la Liga. Los asturianos asumían la Copa como una oportunidad ya esfumada para repartir minutos y dar rodaje a los menos habituales. Para el Málaga, en cambio, el torneo del KO es una china en el zapato que el equipo de Pellicer asume como una ocasión para reforzar sus conceptos y su autoestima. Ello a pesar de su reducido número de profesionales (sólo 18 fichas) y de las lesiones de algunos de sus jugadores, que reducen sobremanera el margen de maniobra de Pellicer.
Málaga y Oviedo salieron al campo mirando de reojo el duelo que ambos volverán a protagonizar el sábado (18:15) de nuevo en La Rosaleda, esta vez con tres puntos en juego. Ziganda hizo siete cambios con respecto al once que se midió el pasado fin de semana al Mallorca y en el Málaga sólo repitió Cristian Rodríguez. Lo más destacable de la primera parte fue el debut con el Málaga de Alexander González, que dejó muy buenos minutos, y la lesión de Juan Soriano, que abandonó el césped de La Rosaleda en camilla y con evidentes gestos de dolor. El meta regresaba al once después de cuatro partidos consecutivos en el banquillo y un fuerte choque con Obeng le va a tener de baja un tiempo (sufre una artritis postraumática y queda pendiente de pruebas).
Más allá del sobresalto en la portería, el Málaga enfiló el vestuario con un pobre bagaje ofensivo. Dos disparos, de Cristian a balón parado y de Ale Benítez desde lejos, compusieron su tarjeta atacante en todo el primer tiempo. Fue aún menos lo que propuso el Oviedo, que se marchó al descanso con un remate de cabeza de Sangalli como única acción ofensiva reseñable.
Riki tuvo la opción de sacar el partido del sendero del aburrimiento, pero envió a las nubes un buen centro de Viti en el 64’. También tuvo el gol Johannesson, pero su remate de cabeza no encontró portería. Esas fueron las dos únicas oportunidades de gol que tuvo el partido en sus 90 minutos. La prórroga fue, por tanto, inevitable.
Y ahí emergió el Málaga. Jairo se plantó ante Femenías, pero estrelló su disparo en el cuerpo del portero. Caye no acertó con el rechace y a los blanquiazules se les esfumó su mejor ocasión del partido. La presión blanquiazul se acrecentó en los cinco minutos finales del tiempo extra, justo tras la expulsión de Javi Mier, que vio dos amarrillas en dos minutos (111’ y 113’). Y con eso le bastó al equipo de Pellicer. Chavarría, el más listo de la clase, hizo gala de su olfato y cazó un rechace de Femenías tras un buen disparo de Alexander González. El vinotinto debutó con nota y jugando un papel clave en la clasificación. Chavarría sacó al Málaga del sopor y le regaló por Reyes el pase a la tercera ronda de la Copa del Rey.