PROTAGONISTA DE LA JORNADA 19

Raúl de Tomás no tiene límites

Se supera el delantero del Espanyol, que jamás había despedido un año con tanto acierto, que mejora la belleza de la diana de Roger y a quien la Segunda se le queda pequeña.

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Gorka LeizaDiario AS

"Quienes lo vemos cada día sabemos de lo que es capaz", subrayan desde el vestuario de un Espanyol que, aun así, contempló ojiplático el descomunal gol de Raúl de Tomás. "Veíamos cómo Darder avanzaba metros y se quedaba solo, y casi todos le gritábamos que se la pasara", explicó David López, que seguía la jugada desde el inicio. Un rechace casi desde la línea de fondo que alcanzó en el círculo central al delantero, quien la pinchó, sorteó a Nikola Maras con un sombrero, miró en milésimas de segundo a un adelantado Giorgi Makaridze y proyectó un trallazo que, desde 53,5 metros y sin botar, se coló en la meta de un todavía atónito Almería.

Se trata, ya no solo por el contexto –la victoria sitúa a los pericos en el liderato de Segunda justo antes de la Navidad–, del gol más precioso al que han asistido los 11 años largos del estadio del Espanyol, con la anécdota de que se fabricó en Cornellà y entró en El Prat –dos semanas antes hubiera vulnerado el esférico el confinamiento municipal–, y la certeza de que iguala y seguramente incluso supera a aquel otro que permanece en el imaginario colectivo de los blanquiazules, anotado en el Estadi Olímpic por Roger García el 20 de octubre de 2002. Entonces, desde 54 metos y con un potente zambombazo, batió el mediocentro al portero del Recreativo de Huelva y hoy afamado médico, César Quesada.

"Aquel fue también maravilloso, pero más simple", conceden quienes desde el club lo vivieron, y eso que también significó una victoria crucial, la primera de Ramon Moya tras la destitución de Juande Ramos en un Espanyol, como casi siempre, en serios apuros. Pero en Primera.

Dónde está el techo de Raúl de Tomás. Es la pregunta que se formula ahora el espanyolismo, que en un espacio de ocho días ha asistido a una impresionante diana de falta por toda la escuadra en Las Gaunas que parecía insuperable y a un golazo directamente marciano. Pero es que Vicente Moreno tiene claro que el ariete "tiene capacidad incluso de ir a más". Él mismo se incentiva: "¿El mejor gol de mi carrera? Posiblemente sí, porque he metido otros más bonitos pero este puede ser el más difícil por la distancia". Y lo que es más importante, los números también lo avalan.

Despide De Tomás 2020 con 12 goles desde que comenzó la temporada, un estratosférico balance que no había alcanzado en toda su carrera, desde que debutó en Segunda B con el Real Madrid C (seis metió en la temporada 2012-13), pero tampoco con el Castilla (seis fue también su tope), en el Córdoba (uno, y de penalti) o en el Valladolid (cuatro).

Ni siquiera con el Rayo Vallecano había despedido un año con tanto acierto (cuatro fueron el máximo, en la campaña 2017-18). Y hace solo un año, cerraba 2019 habiendo anotado una solitaria diana con el Benfica, eso sí, en la Champions League. Lo siguiente sería recalar en el Espanyol, donde a las puertas del mercado de invierno sigue feliz, comprometido y regalando en Segunda una calidad prodigiosa. El campo se le queda, literalmente, pequeño. La categoría de plata, también.

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