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“Me enamoré del Espanyol como nunca lo hice por nadie ni nada”

Lombi vuelve a declararse al club perico. “Soy una aficionada que tiene la suerte de estar en el campo y disfrutar de su equipo”, asegura en Betevé la delantera.

Lombi, jugadora del Espanyol.
RCDE

Sigue ofreciendo Anaïr Lomba ‘Lombi’ un recital de sentimiento perico, en esta ocasión en una entrevista con Betevé, en la que reconoce: “No sé por qué enamoré del Espanyol, pero sé que me enamoré como no me he enamorado nunca ni de nadie ni de nada”. Una afirmación que ha llevado a algunos seguidores pericos a pedir a través de las redes sociales que el club ponga su nombre a una de las puertas del RCDE Stadium.

“Yo no soy ese perfil de jugadora que está en un club grande y que gana cosas, pero soy un perfil de jugadora luchadora, no me doy por vencida”, explica Lombi, quien añade: “Cuando tu forma de entender el fútbol tiene tanto que ver con el club en el que estás, ganes o no consigues crear un nexo. Y eso fue lo que me pasó a mi con el Espanyol”. “Yo llegué aquí y no era nadie. Nadie conocía a Anair, ni a Lombi. No sé lo que les he dado, pero la gente cada vez me mostraba un cariño más brutal”, asegura. Y sentencia: “Lo único que puedo hacer para corresponderles es morir por lo mismo que sé que morirían ellos. Soy una aficionada que tiene la suerte de estar en el campo y disfrutando de su equipo”.

Reconoce la delantera que en 2017, cuando tuvo que abandonar el Espanyol en su primera etapa lo pasó “muy mal”, y que tiempo le dio para asumir su marcha “porque quizá no se estaba valorando todo el trabajo y el esfuerzo que estaba haciendo por estar aquí”. En el Valencia, su destino, sufrió una grave lesión que le hizo plantearse una retirada que confirmó en julio del año pasado. “Todo el dolor que tengo que pasar por la rodilla solo me merece la pena si soy feliz, y eso solo pasa en el Espanyol”, indica, sobre su regreso a los terrenos de juego el pasado mes de enero. “Aguantar el dolor por morir por el escudo en el pecho merece la pena”, culmina.

Asevera Anaïr que “en el momento en que me llamó el Espanyol, mi vida se paró”. Y rubrica: “Todo lo que el Espanyol necesite por mí y lo que pueda dar lo voy a dar siempre, dentro del campo y fuera”.