El gol en Las Gaunas de Lombi
La penúltima futbolista romántica, que se retiró porque no podía jugar en el Espanyol, volvió, se parte la cara literalmente por su equipo y ahora recoge los frutos.
“Siento y muero en blanquiazul”. Con esta contundencia se expresaba Anair Lomba, Lombi para el mundo futbolístico, cuando no hace ni año y medio, el 16 de julio de 2019, anunciaba su retirada. Una decisión movida por una causa inédita en un deporte reconvertido en negocio: la delantera ya no soportaba la idea de jugar en otro club que no fuera el Espanyol, y esa puerta se le mantenía cerrada. Afortunadamente, en enero se le reabrió y hoy protagoniza una de esas historias de fútbol romántico que casi no quedan.
Tras descolgar las botas, apenas tuvo un mes Lombi para reintegrarse en el equipo de sus amores y revertir lo imposible, un descenso desde la Primera Iberdrola que solo detuvieron la COVID-19, el estado de alarma y la Federación. Una segunda vida para el Espanyol y prácticamente una tercera para Lombi, en esta temporada que comenzaba con seis puntos sobre nueve posibles, hasta que el Eibar (0-1) se cruzó en Sant Adrià en el camino de las pericas y, especialmente, en el de la jugadora gallega.
El mayor problema no fue la derrota, la primera de cuatro consecutivas, sino el traumatismo cranoencefálico que la atacante sufrió en los últimos instantes del encuentro, en la búsqueda a la desesperada del empate, al chocar contra una rival. Cayó a plomo al césped, inconsciente, y no despertó hasta encontrarse en la ambulancia, camino del hospital y de varios puntos de sutura.
Ni siquiera el mayúsculo susto detuvo a Lombi, que si por ella fuera hubiera viajado solo dos días después a Tenerife, para medirse con el Granadilla (2-0). Los médicos lo desaprobaron. Y cosa de la medicina también fue que, por varios positivos en COVID-19 dentro de la plantilla, se pospusiera el Espanyol-Athletic y el de las canarias fuera el único partido que finalmente se perdió por su impactante percance.
A la acción volvió Lombi ya en Badajoz, ante el Santa Teresa (1-0), solo 11 días después de su golpe. Y también ante el Sevilla (0-3), en la Dani Jarque. Pese a venir de una convalecencia, Lombi ha jugado de inicio cuatro encuentros en solo semana y media. Y en los últimos, ha encontrado al fin la recompensa-
El pasado miércoles, ponía con su gol los cimientos para una remontada necesaria e higiénica frente al Athletic Club (2-1), en Sant Adrià. Y este mismo domingo, abría el marcador ante un Logroño que finalmente empataría (1-1). “Es un rival directo, jugábamos fuera y nos llevamos un punto”, resumía la propia Lombi, que pone el punto y seguido a esta historia con un gol en Las Gaunas. ¿Acaso hay algo que rezume mayor romanticismo en el fútbol?