Paco Alcácer examina al colista y a la paciencia de Ronaldo
El Valladolid de Sergio, respaldado, gusta sin sumar puntos. Emery sacará a toda la artillería a la que dio descanso en Europa. Gerard jugará: la duda es si de inicio o como revulsivo.
El cierre de esta octava jornada no podría ser más atractivo. España, literalmente más como selección que como país, debería estar atenta a este Villarreal-Valladolid (sigue el partido en directo en As.com). Los ocho goles de Alcácer en nueve partidos, el regreso de Gerard y el momento de forma de la pareja Albiol-Pau nos hace pensar que pueden vestir de rojo en verano los que ahora caminan empoderados de amarillo. Ver a Kubo y a Chukwueze tampoco parece un mal plan. Como no lo es tener que estar pendientes a estas alturas de la fría calculadora: juega un colista con más juego que puntos, en el que Ronaldo ha ratificado por ahora a Sergio González en el banquillo. Un técnico mayúsculo al que la cuesta de enero se le ha cruzado en octubre.
Emery volverá a sacar a toda la artillería a la que dio descanso en Europa y, en contra de sus planes, a la que tuvo que hacer partícipe en Estambul para sacar los puntos. El técnico ha perdido a Foyth y Coquelin por el camino y, sin Parejo, volverá a fiar su centro del campo a Iborra y a Trigueros. La incógnita es que quién será el tercer vértice de ese triángulo que sustenta el 4-3-3. Lo de Jaume Costa en la Europa League pareció un experimento menos natural que tirar de Moi. Gerard jugará: la duda es si de inicio o como revulsivo.
El Valladolid llega en un auténtico estado de necesidad. Encaja siempre y eso le hace estar hundido sin ganar. Volverá San Emeterio junto a Alcaraz, mientras que arriba hay dudas, dependiendo del dibujo. Orellana, al que Marcelino ya quiso para el Submarino, debería ser el motor. Si da el paso, hay vida para Sergio y su preocupada afición. Si se arruga, alarma ya que todo se atasca. Alcácer, y más en prime time, no hace prisioneros.