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La historia de Juan Diego Molina, el 'Stoichkov' gaditano

El atacante anotó el gol del primer triunfo del Sabadell en Segunda. Su apodo se debe a la gran pasión de su padre y a una visita del búlgaro a su bar en Barcelona.

La historia de Juan Diego Molina, el 'Stoichkov' gaditano
CE Sabadell

Reconózcanlo. Han pensado alguna vez que Stoichkov, ahora jugador del Sabadell, era hijo de Hristo. O, al menos, familiar. Si no lo han hecho pertenecerán a un selecto grupo, entre los que no me incluyo. Aunque quizás pensaron que si fuera de la misma sangre que la leyenda búlgara se hubiera hablado más de él en medios de comunicación como el que leen en este momento. También podrían formar parte de otro núcleo, casi tan pequeño como el de aquellos que critican el acierto del árbitro, diría Mourinho. Sí, Juan Diego Molina Martínez es por todos conocidos como Stoichkov, por un simple mote que él mismo porta con orgullo. Tanto es así que reconoce no darse la vuelta cuando le llaman por el nombre que figura en su carnet de identidad y porta en la camiseta su apodo. Si jugara en la NBA, los narradores tendrán complicado localizarle porque su parte trasera de la élastica ya es un icono en Segunda División. 

El pasado fin de semana, el Sabadell sumó, al sexto intento, su primer punto de la temporada ante el Real Zaragoza. Con la moral por las nubes, afrontaron la intersemanal ante uno de los 'cocos': el Leganés. El sueño, ganar por primera vez en su regreso. El protagonista, Stoichkov. El gaditano hizo el único gol del partido para dar los tres puntos a los suyos. "Stoichkov resucita al Sabadell", "Stoichkov da el primer paso"... Son algunos de los titulares que se han podido leer estos días en prensa nacional. Desde luego, sin un contexto de por medio, llevarían a pensar que la leyenda del Barcelona ha desembarcado en Nova Creu Alta, como ya hiciera en el banquillo del Celta de Vigo allá por el año 2007.

Pero, ¿por qué llaman a Juan Diego Molina Martínez Stoichkov? Para descubrirlo hay que echar la vista atrás 26 años. Concretamente al 5 de noviembre de 1993, cuando en San Roque nació un niño que mucho tiempo después haría realidad su sueño de ser futbolista. Antes de todo ello, su padre tenía un bar en Barcelona y era un fiel seguidor del día a día del club blaugrana. Un día, entre pinchos y cañas, apareció por la puerta nada más y nada menos que su ídolo. Sí, Hristo Stoichkov. Aquel día, el padre se prometió a sí mismo que llamaría a su hijo igual que al astro búlgaro. Claro, que las parejas son cosa de dos y el nombre tiene que salir de un acuerdo entre ambas partes. Y la madre, no les extrañará, se negó en rotundo. La decisión final fue un nombre más convencional, que a nadie llevaría a pensar en una de las grandes pasiones de su progenitor.

Stoichkov, el futbolista actual, no solo no esquiva la enésima pregunta sobre el tema, sino que la responde con una sonrisa en la boca. En su presentación como nuevo jugador del Sabadell, quiso ir más allá y compararse, salvando las distancias, con el exblaugrana. "He visto muchos vídeos sobre él. Nos parecemos en que somos los dos muy competitivos, pero ni tengo su carácter, ni piso a nadie", dijo entre risas el atacante. Incluso antes de dar el salto a la fama en clubes de la categoría de plata, reiteró una broma que su acento no le permitió continuar. Juan Diego, en el fútbol no profesional, trataba de 'vender' por diferentes clubes que era el hijo de Hristo a su llegada. Sus orígenes en la provincia de Cádiz le tumbaban el juego en cuestión de segundos. Su DNI hubiera servido de prueba irrefutable para los más inocentes.

Aunque para inocente, el protagonista de estas líneas en su infancia. En la revista Panenka explicó cómo él mismo se pensaba que se apellidaba así cuando de pequeño todos le llamaban así. "Mi madre es, junto a mi novia, la única que me llama Diego. No le dejó a mi padre llamarme Hristo al final. Pero todo el mundo me llama Stoichkov. De niño incluso creía que me llamaba así, que era mi apellido", rememoraba el jugador del Sabadell. Quién sabe si el cariñoso apodo, aunque solo fuera por la curiosidad, le habrá abierto alguna puerta entre representantes, agentes, mandatarios o directores deportivos. Lo cierto es que, independientemente de este tejemaneje, se ha ganado sobre el césped todas y cada una de las oportunidades recibidas.

Un futbolista en mayúsculas

No es Hristo, pero Stoichkov se ha ganado con total merecimiento su hueco destacado en el fútbol español. Actualmente, se encuentra en el Sabadell, cedido por el Mallorca, y ha logrado el gol del primer triunfo de la temporada para los catalanes. El club bermellón no quiso quedarse con él, pese a que tenía una referencia superlativa por su paso por el Alcorcón. La pasada campaña disputó 40 partidos con el conjunto alfarero y marcó 16 goles y regaló cinco a sus compañeros. Antes, no había tenido un mal papel en el propio Mallorca, con tres goles en 16 choques. Incluso ha llegado a disputar tres duelos este mismo año a las órdenes de Luis García Plaza, tiempo suficiente para dar una asistencia. Pese a ello, no convenció al míster, que prefirió darle más minutos lejos de Son Moix. 

Stoichkov es un atacante, que se desenvuelve bien en todas las posiciones de arriba. Donde más cómodo se encuentra es en la mediapunta, aunque su club actual es más habitual en el 4-4-2. No hay problema para el gaditano, que puede jugar de segundo punta, de referencia ofensiva e, incluso, en banda derecha. La banda izquierda responde peor a sus cualidades, pero también echaría una mano si la situación lo pidiera. Además, tenía vocación de centrocampista, si bien su capacidad goleadora le ha echado unos metros hacia adelante. Todo ello le ha valido para ser nominado como mejor jugador de Segunda del pasado mes de junio o ser el más votado para MVP de la jornada en la primera cita tras el parón por el coronavirus.

Los otros nombres y motes extraños del fútbol

A lo que pasa sobre el campo va inevitablemente ligado la otra cara del fútbol: las curiosidades, las historias... Si no, no habrían llegado hasta aquí, ni les serían familiares algunos de los nombres que se escribirán a continuación. El deporte rey tiene de todo. Entre las casualidades como el Nacho Vidal de Osasuna. Los apellidos característicos de Patxi Puñal, Gianluigi Buffon, Danny Drinkwater, Asier Riesgo o Pierre Webó. Y qué me dicen de los casi imposibles de escribir, perdonen de antemano en caso de error: Kolodziejczak (Kolo, para ser más sencillo), Papastathopulos o Blaszczykowski (Kuba, por el mismo motivo). Si creen que lo han visto ya todo, den un paseo por AS para descubrir al único Roland Garrós al que no puede vencer Rafa Nadal...