Un Milan lleno de secretos
Stefano Pioli ha construido una máquina engrasada, profunda y cargada de talento. "Cuanto más avanzamos, más difícil será elegir", enfatiza el técnico.
En las pasarelas de Milan, el rossonero vuelve a estar de moda. Una mezcla de colores que antaño utilizaba las mejores telas y que llevaba años muy devaluada. El Milan, el grande, está de vuelta. Y el mayor culpable de todo ello es Stefano Pioli. El técnico italiano ha logrado encajar muchas piezas en un puzle en la que no hay figura que sobresalga, ni siquiera una tan imponente como la de un Zlatan Ibrahimovic con el contador de años averiado. Siete goles en seis partidos lleva el sueco, pero partido a partido tiene socios nuevos que, en su ausencia o contando con su presencia, se ponen el disfraz de líder del momento.
En la variedad está el gusto, dicen, y a ello se agarra un Pioli que tiene a los Calhanoglu, Brahim, Theo, Castillejo, Saelemaekers o Rafa Leao con las pilas cargadas y listos para demostrar que este es un Milan coral, cargados de secretos y, de momento, imbatible. Hay que remontarse al 8 de marzo, antes de que la pandemia echara el cierre al planeta, para poder narrar una derrota milanista. El Genoa, en su visita a San Siro, tiene ese honor cada vez más preciado. Desde entonces, 12+1 partidos el curso pasado que les devolvieron a Europa y 10 del presente que han confirmado presencia en la Europa League y les colocan a la cabeza de la Serie A. La nueva normalidad ha traído de vuelta al antiguo Milan.
En la competición doméstica, solamente la Roma ha conseguido rascar un empate. Ni siquiera el Inter, dueño de la ciudad en los últimos tiempos, ha podido resistir el oleaje y sucumbió al empuje del Diablo. Celtic (1-3) y Sparta de Praga (3-0) han hecho lo propio en Europa, ya que el Milan de los jueves poco tiene que envidiar al del fin de semana. Y eso es mérito de la profunda plantilla con la que cuenta un Pioli que se felicitaba por ello tras triunfar ante los checos: "No son decisiones sencillas, tengo a muchos titulares (...) Esta noche estoy contento con todos. Y cuanto más avanzamos, más difícil será elegir si todos juegan tan bien. Tengo la suerte de tener jugadores inteligentes de excelente nivel técnico. No tenemos un punto de referencia, intentamos leer los espacios, pero tenemos que movernos incluso mejor". Nadie mejor que el director para explicar de qué va la obra.
En el encuentro, los titulares no se los llevó Ibrahimovic. De hecho, falló un penalti que habría supuesto el 2-0 y fue sustituido al descanso. "Ya les había dicho a los dos que iba a entrar Leao en el descanso. Zlatan es un campeón, si se lo hubiera preguntado habría querido continuar, pero hay que dosificar esfuerzos", explicaba el técnico, indicando que la actuación del delantero no fue la que provocó su salida del campo. Los focos fueron para Brahim, que abrió el marcador y es cada vez menos sorpresa y más realidad, Dalot, que hizo el tercero y regaló el segundo al sustituto de Ibra, Leao.
La aparición de estos dos últimos en el partido es una buena muestra del arsenal de balas ocultas con las que cuentan los rossoneri. El lateral cedido por el United es el habitual suplente del canterano Calabria y le demostró a su técnico estar listo para la guerra cuando sea necesario. Al igual que un Rafael Leao que llegó entre 23 millones de campanillas del Lille y que ha cogido vuelo con sus tres goles y tres asistencias en sus últimos cuatro partidos.
Otro de los jugadores que vive bajo la alargada sombra de Ibra es Hakan Calhanoglu, que no es ningún secreto que el Milan juega al ritmo que él marca. El ofensivo centrocampista ha dejado de un lado los destellos en forma de libre directo para mostrar una versión estable y continuada en el tiempo, convirtiéndose, de esta manera, en el termómetro del juego del Milan. Theo Hernández, que ha convertido la banda izquierda en su autovía particular, Saelemaekers, crack de 21 años fichado a precio de saldo, o un Castillejo asentado y que sobrevive de la etapa de transición, sin olvidar la solidez de Donnarumma, aportan más ingredientes al cóctel secreto agitado por Pioli que ha devuelto a un Milan cargado de juventud el aire añejo que tanto se añoraba.