El Salamanca pone a prueba el potencial real del Deportivo
El Deportivo arranca con 20.000 socios y la obligación de ascender en un Riazor que tendrá público. Rolan y Héctor, las dos bajas del sancionado Vázquez.
Cuarenta años después y tras un verano infernal por el caso Fuenlabrada, el Deportivo comienza esta tarde en Riazor su singladura en Segunda B. El camino hacia la única meta que se contempla en A Coruña, el ascenso, es tortuoso con un diseño de competición que entienden muy pocos y que no gusta a ninguno. Pero para el desenlace de la historia todavía queda mucho y lo único que tiene en mente Vázquez y su plantilla es el refundado Salamanca, el primer capítulo de este libro. El conjunto charro, otro de los favoritos del subgrupo, es una buena piedra de toque para calibrar el verdadero potencial de un Depor que sabe que cada partido sin ganar se convertirá en un incendio.
Los coruñeses son conscientes de que por pasado y presente son los grandes favoritos. La historia indica que el Deportivo es el primer campeón de Liga que competirá en la categoría de bronce, lo que da pistas de la obligación que tienen los blanquiazules. El presupuesto, aún por desvelar, será de largo el más alto de los 102 equipos que cruzarán armas en esta loca Segunda B. Bastan un par de datos: doce jugadores tienen experiencia en Primera (suman 727 partidos) y Diego Rolan cobra 1,3 millones de euros brutos, un salario fuera de concurso. El uruguayo, que viajó a su país para arreglar el permiso de trabajo, es baja para el partido junto al lesionado Héctor Hernández. Tampoco estará a ras de campo Fernando Vázquez, que debe cumplir cuatro partidos de sanción arrastrados del tormentoso final de Liga de la pasada campaña. El técnico gallego, con un Uche Agbo aún en rodaje, tiene el once prácticamente decidido con una única duda, aunque trascendente. Con Héctor lesionado, el estado físico de Salva Ruiz puede variar el plan del 4-4-2 y salir con tres centrales si el valenciano no está al ciento por ciento.
El otro parámetro que indica la grandeza del Deportivo está en su masa social, inmune a la pandemia. Hace 20 días superó los 16.326 socios que tuvo el Oviedo en la temporada 2014-2015, que hasta entonces era el récord en Segunda B. Este viernes rebasó los 20.000 y la ola, a poco que ayude el equipo, seguirá creciendo y creciendo. Una pequeña parte de ellos, cerca de 3.000, podrán ver en directo el partido en Riazor. Todo un acontecimiento después de siete meses sin público en la grada que deben disfrutar porque en cualquier momento, más pronto que tarde, el cierre total puede regresar. Todos a una, incluida la alcaldesa de A Coruña, que acudió a Abegondo para charlar con la plantilla antes de iniciar su último entrenamiento.
Mucha historia, números y apoyo que no importarán cuando el balón comience a rodar. La teoría es una cosa y la práctica, muchas veces, otra. De esa forma piensa el Salamanca, que llega dispuesto a dar la sorpresa en Riazor como impulso a los futuros sueños. Al frente de la nave está un técnico con galones como Sergio Egea, que sólo desplaza a 18 jugadores a Riazor. Su apuesta, condicionado por las bajas, será una defensa de cinco, esperar y pegar a la contra. El experimentado técnico pierde por lesión a su nueve titular (Madrigal), lo que puede dar la oportunidad al exfabrilista Uxío de estrenarse en Riazor. El once parece claro con una duda con los centrales, Lacerda o Sepúlveda. Su plantilla, plagada de mexicanos, también se ha visto afectada por el virus Rolan. O lo que es lo mismo, conseguir el permiso de trabajo para jugar.