De Prosinecki a Hazard: seis 'misterios' en el Real Madrid
La lesión muscular del jugador belga recuerda el paso de otros jugadores que pasaron un calvario de lesiones en el conjunto blanco que les impidieron destacar en su etapa madridista.
La historia de Eden Hazard (30 años) empieza a destacar más por su historial clínico que por su historial futbolístico. Al menos es así desde que fichase por el Madrid en el verano de 2019. El belga no levanta cabeza y ha acumulado un rosario de lesiones que han alcanzado su cumbre con esta nueva lesión muscular sufrida tras ser convocado por Zidane para el partido con el Valladolid. Hazard, ya se puede afirmar, está metido en esa 'Sala de los Horrores' donde en su día ya ocupaban plaza preferencial Prosinecki, Woodgate, Robben, Kaká e, incluso, Bale. Al menos, el galés siempre estuvo disponible en las grandes finales, dando en esos partidos un rendimiento óptimo.
El caso es que la temporada pasada ya acumuló Hazard más de 200 días de baja, repartidas en todo tipo de percances físicos. Primero tuvo en agosto de 2019 una lesión en el muslo que le tuvo 25 días de baja. Después fue un hematoma en el tobillo derecho (8 días más), y hasta que llegó la grave lesión sufrida en el Madrid-PSG del Bernabéu, con una entrada criminal de su compatriota Meunier. Esa fisura en su pie le tuvo 67 días alejado de los terrenos de juego. Llegó el 23 de febrero y tras un partido en el campo del Levante se le detectó una fisura del peroné que obligó a una intervención quirúrgica en Dallas. Otros 76 días de baja. Al regreso del confinamiento, también sufrió un golpe que le mantuvo diez días lejos de los planes de Zidane. Y ahora, tras pasarse un mes sin jugar por haber regresado de las vacaciones fuera de forma, se le descubre esta nueva lesión muscular que como mínimo le hace ser duda para el Clásico del Camp Nou, previsto para el 25 de octubre. Otro mes más sin Hazard…
Por eso, es inevitable tirar de hemeroteca y recordar otros fichajes rimbombantes del Madrid que acabaron fracasando por el continuo problema de las lesiones...
PROSINECKI (1991-94)
El 1 de julio de 1991, Ramón Mendoza hizo oficial el fichaje de Robert Prosinecki, la joven perla del fútbol balcánico que en el Estrella Roja estaba deslumbrando con su visión de juego, su calidad y sus cambios de ritmo. Un centrocampista ofensivo que en 1987 ya había sido elegido como mejor jugador juvenil del Mundo. En 1990 disputó el Mundial de Italia con la todavía existente selección de Yugoslavia. El Madrid, en dura pugna con el Milán de Silvio Berlusconi, consumó su fichaje. Pero al poco de empezar su andadura de blanco sufrió una grave lesión muscular y a partir de ahí empezó su calvario. De hecho, en su primera temporada en el Bernabéu (1991-92) sólo jugó 5 partidos (1 gol). En los dos cursos siguientes jugó 37 y 32 partidos, respectivamente, salpicados por continuas recaídas y lesiones musculares, que requirieron incluso del tratamiento con psicólogos. Tampoco le ayudaba al croata su adicción al tabaco, que le perjudicaba en sus recuperaciones. Dejó el Madrid en 1994, con mucha pena y poca gloria...
WOODGATE (2004-06)
Lo fichó el Madrid de los Galácticos, procedente del Newcastle, por 22 millones de euros. El club consideró que la presencia de otro jugador británico ayudaría a mejorar la integración de Beckham, contratado un año antes. Michael Owen completaba la nómina de jugadores de las Islas. El problema de Woodgate es que la espalda empezó a martirizarle, hasta convertirse en el eje de todas y frecuentes lesiones. De hecho, cerró su primer curso sin poder jugar con sus compañeros. Y cuando se estrenó en septiembre de 2005, en un partido ante el Athletic de Bilbao, se metió un gol en propias meta y encima acabó expulsado por dos tarjetas amarillas. Sólo jugó 10 partidos de Liga y su presencia fue testimonial. En 2006 el Madrid lo cedió al Middlesbrough y, un año más tarde, al Tottenham de Juande Ramos. Allí abandonó su infortunio y se recuperó como futbolista. Pero ya no regresó nuca más al Madrid…
ROBBEN (2007-09)
Llegó de la mano de Ramón Calderón y Mijatovic tras las elecciones a la Presidencia de 2006. El presidente electo había incluido en su oferta electoral también a Cesc y Kaká, pero finalmente fue Robben el que sí firmó de blanco. El Madrid pagó al Chelsea 35 millones de euros por su fichaje. Las lesiones le lastraron, aunque cuando le dejaron tener continuidad demostró ser un extremo velocísimo y desequilibrante. Ayudó al Madrid a ganar dos Ligas seguidas y fue la estrella de la Supercopa de España ante el Valencia. Los blancos jugaban con dos menos por expulsiones de Van der Vaart y Van Nistelrooy, y Robben se echó al equipo a la espalda y destrozó al Valencia con sus contras. Pero en esos tres años sólo pudo jugar 65 partidos, con 13 goles y 15 asistencias. En el verano de 2009, Florentino regresó a la Presidencia del Madrid y lo traspasó al Bayern Múnich, donde las lesiones le respetaron bastante más, hasta disputar 309 partidos con los bávaros (144 goles y 101 asistencias).
KAKÁ (2009-13)
El brasileño fue durante años el transparente objeto de deseo del Real Madrid. Incluso en la época de los Galácticos llegó a proponérselo Jorge Valdano a Florentino, pero era muy joven y el club prefirió a que cuajase. Lo hizo en el Milán, donde fue una leyenda rossonera, consumada con la Champions ganada en 2007, que adornó con la conquista del Balón de Oro ese mismo año. Mijatovic desechó su fichaje en 2008 al recibir un informe médico que destilaba los problemas que tenía Kaká con su menisco. Estaba jugando mermado. Aun así, en 2009 Florentino lo presentó ante 65.000 enfervorecidos aficionados en el Bernabéu, tras pagar al Milán 67 millones de euros, el fichaje más caro en ese momento sólo superado por los 96 que pagó al Manchester United por Cristiano Ronaldo.. Pero pronto se comprobó que físicamente no estaba bien del todo. Los problemas de espalda y de menisco impidieron su continuidad. El primer curso jugó 33 partidos y en el segundo, peor todavía, sólo 20. Al siguiente verano, 2010, forzó para jugar el Mundial de 2010 con Brasil y tras quedar eliminado se fue de vacaciones. Cuando empezaba la pretemporada se detectó que estaba lesionado grave y fue directo al quirófano. Eso terminó por distanciarle de los aficionados. En cuatro años, Kaká jugó 120 partidos, con 29 goles y 33 asistencias, muy por debajo de lo esperado.
BALE (2013-2020)
El galés llegó en el verano de 2013 por la cifra récord de 101 millones de euros. En el Tottenham deslumbró como lateral izquierdo, pero al Madrid llegó para convertirse en un jugador clave de ataque, formando la famosa BBC junto a Benzema y Cristiano. A diferencia de Prosinecki, Woodgate, Robben o Kaká, el galés sí estuvo en las grandes citas del club en estos años y fue clave en bastantes finales. Bale ganó cuatro Champions, aunque fue suplente en las dos últimas finales de Cardiff y Kiev, aunque en esta última se puso la capa de héroe ante el Liverpool con dos goles, uno espectacular de chilena. Pero pese a todo eso se perdió más del 40% de los minutos posibles en estos siete años a causa de sus habituales lesiones del sóleo, condicionadas por sus problemas de espalda, a los que no ayudaba nada su afición confesada por el golf. Pese a su calidad indiscutible, nunca tuvo empatía con el Bernabéu, que acogió su marcha este verano al Tottenham más como respiro que como una gran pérdida deportiva...