NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

INGLATERRA

Newcastle: de soñar con Cristiano a ver un futuro gris

Tanto los inversores saudíes como la última oferta desde Canadá se han caído. Ashley tiene el club en venta y la pretemporada no ilusiona con un mal resultado y pocos fichajes.

Newcastle: de soñar con Cristiano a ver un futuro gris
Michael ReganGetty Images

Gareth Bale, Cristiano Ronaldo, Rafa Benítez, Nabil Fekir, Mauricio Pochettino, Edinson Cavani o Dries Mertens. Si usted pone en Google u otro buscador sus nombres junto a 'Newcastle United' verá un buen número de resultados que equivalen a casi la cantidad de sueños que se han roto en esta ciudad del norte de Inglaterra.

Mike Ashley, propietario del club y de Sports Direct, una de las cadenas de venta de material deportivo más potente del país, tiene desde hace tiempo a las urracas en venta por 300 millones de libras. El de Walsall quiere quitarse al Newcastle de su cartera de activos pero no lo consigue. Ahora mismo, un club de la Premier a la venta aparece como una 'ganga' para entrar en la Liga más fuerte del mundo (y asi, a otros tantos negocios que surjan a raíz del fútbol) pero en St. James Park sigue el bloqueo. Uno que condiciona el futuro. 

Ni desde Arabia ni desde Canadá

PCP Capital Partners, el grupo saudí encabezado por Bin Salman, acabó saliendo de las negociaciones después de 'deslizar' informaciones sobre un presupuesto totalmente desorbitado para fichajes (se hablaba de 1000 M€) que hizo soñar a los aficionados con tiempos mejores. Incluso, hasta con los mejores tiempos. Algo que nunca habían visto.

El grupo empresarial saudí rompió las negociaciones el 30 de julio al retirar la oferta de manera definitiva. Las presiones de Amnistía Internacional (acusaban a Bin Salman de 'sportwashing', lavado de reputación a través del deporte), las de Bein Sports a la Premier y a los clubes acusando a los saudíes de piratear la señal de la propia Liga en su país y finalmente, la incertidumbre generada por los efectos del coronavirus en el fútbol acabaron con el sueño saudí de entrar en el fútbol inglés. "Lo hacemos a regañadientes, pues estamos con ganas y comprometidos a invertir en la gran ciudad que es Newcastle, y sobre todo porque estamos convencidos de que podríamos haber devuelto este club al lugar que le corresponde", aseguraron en un comunicado el día que rompieron el pacto que tenían con Ashley.

Dos semanas después apareció Evangeline Shen, directora de Bellagraph Nova Group, una empresa que actúa en el sector financiero, de salud, entretenimiento e inversión inmobiliaria. Shen llamó a la puerta de Ashley y no se pusieron de acuerdo. La canadiense no subía de 280 millones de libras y el actual propietario no aceptó la oferta. Antes de esto, reilusionó a la parroquia de St.James Park con dos nombres: Alan Shearer, leyenda del club, como director deportivo y Cristiano Ronaldo para la delantera. Dos sueños rotos más incluso para la Premier League, mucho más favorable a la canadiense que a una posible propiedad saudí.

En los despachos, Ashley no sale, no llegan los nuevos propietarios, no llega el dinero y en consecuencia, tampoco ninguno de los cracks de los que se habló durante semanas en la prensa británica. Con apenas fichajes el futuro no ilusiona.

El primer palo, en pretemporada

Después de acabar la liga diez puntos sobre el descenso pero sin conocer la victoria en las últimas seis jornadas, la pretemporada aparecía como un punto de reinicio para unas urracas cuya plantilla es casi igual que la de la 19/20 (solo han llegado Gillespie, portero, y Hendirck, mediocentro, ambos libres).

Sus dos primeros partidos ante el Crewe Alexandra, de League One (tercera categoría profesional) y el Barnsley, de Segunda, acabaron con victoria pero el Boro, que acabó en la mitad baja de la tabla en la Championship hace apenas unas semanas, hizo aparecer los fantasmas este martes con un contundente 5-1. Allan Saint-Maximin hizo el único tanto de los geordies.

Sin apenas fichajes y sin ninguno de los cracks que si vistieron su camiseta en redes, los de Steve Bruce piensan en agarrarse a la categoría un año más esperando un nuevo inversor que cambie su futuro. "Va a ser un año bastante largo", se lamentaba un aficionado magpie en Twitter. Más, cuando te prometieron el oro y solo acabarás luchando por que el gris siga siendo gris y no se convierta en negro.