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BARCELONA

Un silencio atronador

Exceptuando a Suárez y Vidal, amigos del argentino y descartados por Koeman, ningún jugador, ni siquiera Piqué, ha opinado sobre Messi en un gesto que denota mirada institucional, pero también grietas.

Piqué, con Messi en la previa de la final Barça-Valencia en junio de 2019.
Piqué, con Messi en la previa de la final Barça-Valencia en junio de 2019.ALBERT GEAREUTERS

Exceptuando a Luis Suárez y Arturo Vidal, cuyo vínculo con Messi es tan cercano como su salida del Barça, ningún jugador de la primera plantilla, ni siquiera de su círculo íntimo, ha expresado opinión alguna acerca del affaire del jugador argentino con el club azulgrana. Las interpretaciones son múltiples, pero el hecho es irrebatible. Cualquiera puede imaginarse el terremoto que se hubiese originado en caso de que el vestuario hubiese articulado un discurso único alrededor de Messi. Pero la caseta ha recogido filas. Por responsabilidad individual, por respeto a la institución o, quién sabe, si por evitar desvelar secretos inconfesables de vestuario.

Especialmente significativo ha resultado el caso de Piqué. Miembro del círculo cerrado en el que se ha movido Messi estos años, en contacto desde su época de juveniles y mucho más tras su regreso en 2008, el central catalán, tan proclive a dar su opinión en cualquier materia, mantiene silencio desde que se ofreció a dar un paso en Lisboa para marcharse. Este órdago de Messi al club le ha permitido incluso reflexionar sobre hasta dónde debe llegar al poder de un jugador sin que dañe la institución a la que ama. Un asunto ético, de ahí lo difícil de emitir una opinión. Busquets o Sergi Roberto, los otros capitanes, tampoco han hablado del caso Messi. Con el primero, la relación sufrió un distanciamiento después del despido de Valverde. A Messi le dolió que se le acusase de bajarle el pulgar al Txingurri cuando entendía que Busquets, dolido por su suplencia la primera jornada en San Mamés, sí había hecho por desgastar internamente la figura del técnico y salía impune de la crisis. Sólo Sergi Roberto mandó un mensaje a Valverde tras su adiós.

El último mensaje unánime del vestuario del Barça fue un retuit al comunicado que Messi hizo el 30 de marzo anunciando el recorte del 70% del sueldo mientras estuviese vigente el estado de alarma. Pero que dentro de esas cuatro paredes el pensamiento no era único se hace evidente ahora que Messi se quiere marchar y no ha habido un cierre rotundo de filas.

Jugadores con peso como Ter Stegen tampoco se han mojado en un momento excepcional de la historia del club. Tampoco jugadores de nivel como Griezmann. Ni siquiera 'subordinados' de Messi como Alba, que ya tienen lo suyo con pensar en su futuro.

Para los jóvenes, Messi ha sido una referencia, pero ellos tampoco se han expresado. Sólo hay dos interpretaciones posibles a este asunto. Uno, la prudencia institucional. La segunda opción, que dejaría peor a Messi, es que no tuviera el respaldo de sus compañeros. Esa imagen de Pepe Costa, oficialmente team manager del equipo, que subía al autobús con todos pero sin embargo sólo protegía a Messi, no era bien vista hace tiempo en el vestuario azulgrana.