João no encuentra su sitio
El portugués se marchó enfadado del Atlético-Mallorca, cambiado en el 53'. tras otro partido intrascendente, con un golpe y un mensaje posterior del Cholo.
Cuando el partido ante el Mallorca finalizó, las dos primeras preguntas fueron a quemarropa Simeone. Sobre João Félix. El portugués se había ido del partido cabizbajo y enfadado, minuto 54. "En base de potenciar individualidades buscamos mejorar el colectivo. Si nos detenemos en las individuales sería peligroso", aducía el técnico argentino para luego encomiar, la entrada de Vitolo, "que trabajó para lo que necesitaba el equipo". "Yo siempre trato de transmitirle a los jóvenes que vienen aquí que este es un equipo competitivo, que tiene que ganar. Y se trabaja en consecuencia de buscar lo mejor para ganar, no tenemos compromiso con nadie, solo con que las cosas vayan encaminadas hacia donde entendemos que es mejor", añadió. Todos los focos están sobre el portugués en los partidos del Atlético tras el parón postpandemia. Ha ido de más a menos. Como en toda la temporada.
Un año y un día después de anunciarse como el fichaje más caro de la historia del Atlético, 127 millones, 57 más que los que el club rojiblanco pagó por Lemar, João Félix sigue sin encontrar su sitio. En el sistema, con el Cholo, en su propio traje. Preso de la ansiedad, abúlico, sus partidos tienen cierto aire indolente, presión al trote, siempre como demasiado lejos. Ha sido cambiado en 26 de los 33 partidos que ha jugado. Griezmann, en su primer año, a estas alturas ya era el futbolista superlativo que moldearon las manos del Cholo.
Sólo un 54% de los minutos en Liga
Tres oportunidades tuvo el portugués se cambiar su rumbo en el partido, y sumarle ladrillos a su confianza, en estos momentos exigua, y las tres las erró. Decidió finalizar él mismo las tres: acabaron en la grada. Sigue con la linterna apagada, como cuando salió ante el Levante. No se ha vuelto a ver ese João que nada más regresar del parón hacía un doblete. Tampoco ha completado los 90 minutos en ninguno de los seis partidos jugados por el Atlético. A su suplencia en el Camp Nou, donde también se le vio taciturno y cabizbajo, le unió los malos minutos de ayer. Nada más sentarse en la grada-banquillo le pusieron hielo en el tobillo, con un golpe, y comenzó a mirar vidrioso lo que pasaba ante sus ojos sin haber encontrado su sitio cuando se cumple su primer aniversario. Ocho goles en 33 partidos. 54% de los minutos en Liga. Los focos dirigidos hacia otros. Antes Felipe, ahora Llorente, sobre él fugaces, perseguido por aquel penalti que se decidió a tirar ante el Lokomotiv, tras fallarlo Trippier, saltándose la orden establecida en el vestuario, sin el permiso del Cholo, su negativa de jugar a la derecha.