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Las Palmas

Cinco años del "sueño de todos"

Este 21 de junio de 2020 se cumple un lustro del ansiado ascenso de la UD Las Palmas a Primera División, gracias a una gran remontada liderada por Roque Mesa y Sergio Araujo.

Cinco años del "sueño de todos"
Carlos Diaz-RecioDiario AS

Parece que fue ayer aquel día de 2015, con un Estadio de Gran Canaria lleno hasta la bandera y un calor extraordinario. Una fecha, ese 21 de junio, que nunca se olvidará en el recuerdo de una afición amarilla entregada a su equipo, tras el desastre sufrido prácticamente un año antes con el famoso ‘Cordobazo’, que dejaba a los isleños un año más en Segunda División por cuestión de segundos. Sin embargo, a pesar del varapalo, la entidad se repuso y, nada más y nada menos que 13 años después, la UD Las Palmas volvía a la máxima categoría para delirio de sus seguidores y de la isla entera.

Un playoff de infarto

El equipo dirigido por aquel entonces por Paco Herrera tuvo una temporada 2014/2015 repleta de altibajos, siendo líder durante buena parte primera vuelta, y un total 21 ocasiones durante la campaña regular. Pero, a partir de la jornada 28, la UD perdería esa posición de privilegio encarando un final de curso con muchos vaivenes de juego que le obligarían a disputar el playoff, después de haber finalizado el año en 4ª posición, con 78 puntos.

Primer rival: el Real Valladolid. Para tocar la gloria, el primer escollo a superar era al equipo vallisoletano y no fue nada sencillo, quedando 1-1 en la ida, con goles de Hernán Pérez y Araujo, y 0-0 en la vuelta en Gran Canaria. Así, con este marcador ajustado, el equipo amarillo pasaría a la ronda final por el valor doble de los goles fuera de casa.

Un golpe duro

Tras conseguir el pase a la eliminatoria final, los pupilos de Herrera se las veían felices ante un rival como el Real Zaragoza, que entró sexto en los puestos de playoff y al que se había conseguido derrotar en los dos encuentros de liga. El primero de ellos sería en la jornada 20, con un partido surrealista, en el que Las Palmas se llegó a quedar con ocho jugadores a falta de quince minutos y, a pesar de ello fue capaz de anotar un gol y resistir como jabatos para llevarse el triunfo final por 5-3. Ya el partido de la segunda vuelta, que sería en la jornada 41, finalizó con un resultado de 0-2 en La Romareda.

A pesar de estas victorias, en la liguilla de ascenso todo cambió y el Zaragoza se comió a Las Palmas en el partido de ida, con un contundente 3-1 que hacía presagiar lo peor y parecía que se iba a consumar la posibilidad de volver a fallar por tercer año consecutivo en la pelea por el ascenso. Un mazazo que rápidamente fue digerido con ilusión por Paco Herrera.

“El domingo nos vemos en la guagua”

Esta fue sin duda una de esas frases que marcaron el devenir de la eliminatoria y de la remontada final. La UD Las Palmas regresaba de madrugada de tierras aragonesas y medio millar de aficionados fueron a recibir al 'equipillo' a la terminal del aeropuerto para insuflar ánimo a unos jugadores que llegaron con caras largas, cansados y muy decepcionados con el resultado, hasta que Paco Herrera intervino de forma espontánea ante los seguidores amarillos con la mítica frase: “El domingo, después del partido, nos vemos en la guagua”. La ovación fue generalizada y esa fue la mecha que encendió la esperanza grancanaria.

Remontada y locura final

Y llegó el domingo por la tarde. La afición amarilla acudía en masa al recinto de Siete Palmas no sin antes recibir a la guagua del equipo por todo lo alto, convencidos de que el fútbol le debía una a la UD. Apoteósica llegada de la plantilla para, posteriormente abarrotar el Estadio de Gran Canaria, circunstancia que desde entonces no se ha vuelto a repetir.

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Carlos Diaz-RecioDiario AS

Una vez, con todo ya dispuesto para el inicio del choque, los nervios atenazaban a una grada que se dejó el aliento en los prolegómenos del encuentro con la canción 'Amarillo es mi color' interpretada en directo por Luis Quintana.

Con el comienzo del encuentro, los de Herrera no podían con el Zaragoza. Los maños dominaban el juego y tenían completamente maniatados a los amarillos. De hecho, el miedo se apoderó de todos con un buen saque de córner de Pedro por la derecha, Dorca remata de cabeza y Culio bajo palos toca lo justo para que el balón impacte en el travesaño y evita el gol visitante, que podría haber sentenciado la eliminatoria.

A partir de este aviso, todo cambió. La maquinaria local comenzaría a funcionar hasta que, tras una extraordinaria combinación entre Ángel Lopez y Araujo, con un pase en profundidad de Culio, Roque Mesa ponía el 1-0 en el marcador en el minuto 32 de la primera parte. Quedaba un mundo y la UD estaba a solo un gol del ascenso.

No sería sencillo conseguir ese tanto en la segunda mitad. Partido bronco, un césped en muy mal estado y los minutos pasaban sin que la meta defendida por Bono viera peligrar el resultado. Nervios e imprecisiones se apoderaban de los insulares hasta el minuto 84 de partido. Jonathan Viera bota una falta lejana hasta el corazón del área, Ortuño la peina con una mala salida por alto del portero visitante, Aythami rescata un balón que parecía perdido con una acrobática acción y ahí estaba en el segundo palo Sergio Araujo para anotar su gol número 25 de la temporada, con el correspondiente éxtasis de un estadio que, como se suele decir, “se vino abajo”.

De ahí al final, obviamente, los fantasmas de un año antes sobrevolaron al graderío del Estadio de Gran Canaria, pero ya el electrónico no se movería y la UD regresaba a su lugar en el fútbol español, la Primera División. Un día histórico que muchos añoran ahora, con esta travesía por el desierto de la Segunda División sin pelear ni siquiera por estar entre los elegidos.