Avilés, un canterano para estirar al Leganés de Aguirre

A lo lejos se le reconoce por su pelo rubio platino. También por llevar la camiseta siempre por dentro. Como Roque Mesa, Javier Avilés (Madrid, 1997) es de esos jugadores modernos que imitan cierta estética 'vintage'. Le gusta cuidar su imagen en el césped y las redes sociales. También mima su físico. Es la tercera virtud que destaca en este joven canterano del Leganés, el único que ha jugado en Liga con los pepineros desde la era Garitano.

Pellegrino lo usó este curso en la segunda jornada contra el Atlético. Sus piernas musculadas y su potente tren superior le hacen ser un futbolista enérgico, de zancada intensa y gesto agitado. Un velocista al que Javier Aguirre está dando visibilidad en los entrenamientos del Leganés dentro de su plan para el retorno de LaLiga.

Con él, su Lega cuenta con una nueva bala en las bandas, bien escaso desde que el Vasco se hizo con el banquillo de Butarque. Su plantilla, al inicio, adolecía de hombres para ensanchar el campo. Poco a poco, con el pasar de las semanas, fue mejorando esa carencia.

Bien con inventos (En Nesyri y Braithwaite se readaptaron en algunos partidos) que dieron buenos resultados. También con readaptaciones eficaces (Kevin Rodrigues o Aitor Ruibal) hasta que el mercado le permitió aumentar el número de extremos. Bryan Gil y Assalé son hombre que pueden ejercer en los costados, aunque el primero se sienta más cómodo pegado a la cal que el segundo, que es más un alma libre que un extremo al uso.

'Refuerzo' para la reentré

Entonces llegó el parón y el retorno a los entrenamientos, en los que Aguirre tuvo que escoger qué jugadores del filial fortalecerían su plantilla hasta final de curso. Con Avilés no tuvo dudas. Sus virtudes y su posición eran de lo que más podía necesitar en lo que está por jugarse. Y no porque no tenga extremos de sobra (que también) sino porque Avilés puede ser también recurso práctico cuando las piernas pesen y, en cortos margenes de tiempo (30 minutos o así) un hombre de su explosividad pueda aportar fortaleza ofensiva y factor sorpresa.

Tanto es así, que en algún entrenamiento el Vasco lo ha situado en un equipo de corte titular y con simetría en las alas. Bryan para un lado, y Avilés en otro. Un hecho, el de contar con él, que se enturbió días después de que el atacante y otros canteranos se incorporaran al grupo.

Acuerdo in extremis

Tal y como viene contando AS, y aunque el club anunció su renovación a principio de curso, el jugador y sus agentes no lo vieron así. Creían que, legalmente, les correspondía el derecho a ser libres el 30 de junio. Eso forzó negociaciones para llegar a un pacto para amoldar su contrato que se cerró a principios de esta semana, casi sobre la bocina del regreso al trabajo del equipo.

Se alcanzó sin necesidad de publicidad porque, para el club, suponía sólo consolidar el pacto alcanzado con el inicio de curso. En todo caso, como sucedía con Aymane, sobre el chaval pesaba la opción de que fuera retirado de los entrenos del primer equipo si no se alcanzaba consenso.

Finalmente hubo fumata blanca, pero en el último segundo. Con Aymane por ahora no hay pacto. De ahí que el medio centro marroquí haya dejado de entrenar bajo las órdenes de Aguirre, aunque el Vasco cuenta con él. El chaval, mientras, se ejercita en solitario en su casa, como se afana en mostrar en redes sociales, por si fuera llamado a filas de nuevo o se alcanzara un acuerdo para su continuidad como jugador pepinero.