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REAL MADRID

42 años sin Santiago Bernabéu

Se cumplen 42 años de la desaparición del patriarca madridista. Estuvo de presidente desde 1943 hasta el 2 de junio de 1978, aunque estuvo toda su vida ligado al club madridista

Madrid
Santiago Bernabéu saluda a los aficionados blancos en la zona presidencial del estadio madridista

Se fue como había llegado. En silencio, a las 06:15 de la mañana del viernes 2 de junio, cuando todos los focos se centraban en Argentina, donde había comenzado a celebrarse el Mundial de fútbol. Santiago Bernabéu y Yeste, el gran patriarca del Real Madrid, fallecía en Madrid tal día como hoy en 1978, en su domicilio de la calle Jericó, 1, en el popular barrio del Niño Jesús (en la actualidad una placa revela su domicilio), víctima de un cáncer intestinal (había superado previamente una intervención muy dura) que le había obligado a llevar puesta una prótesis con la que no estaba nada de acuerdo. 

Santiago Bernabéu había nacido en Almansa el 8 de junio de 1895. Era el séptimo hijo (el más pequeño) del matrimonio formado por don José Bernabéu Ibáñez, abogado, y doña Antonia Yeste Núñez, oriunda de Camagüey (Cuba). Siendo muy crío se trasladó de las tierras albaceteñas a Madrid. El gusanillo del fútbol se lo metieron sus hermanos mayores, ya que en el colegio donde estudiaban, en El Escorial, solían practicaban habitualmente. Era un deporte novedoso, se jugaba con los pies, llamativo y cuya explosión en España le pilló siendo niño… Su capacidad de liderazgo queda patente en que con siete años se autoproclamó capitán de un equipo. Tras un breve paso por la Gimnástica Española, siguió los pasos de sus hermanos mayores (Marcelo, un gran defensa; y Antonio, un notable medio), y se fue al Madrid Football Club, el germen del Real Madrid. Con los de blanco arrancaba así toda una vida, pues sería de todo: jugador, directivo y presidente hasta el fin de sus días. Como jugador estaría 16 campañas (estuvo algún tiempo en Oviedo: fue trasladado a la capital ovetense por su trabajo como funcionario del Cuerpo de Hacienda). Le quedó el amargo resquemor de no llegar a debutar con la Selección española… 

Sería en 1929 cuando pasaría a la directiva madridista: fue nombrado secretario de la Junta, y en 1943 ascendería a la presidencia tras una monumental bronca entre madridistas y el Barcelona, pero también fue delegado del equipo y entrenador ocasional. Pero su gran mérito lo alcanzó como presidente: al año de llegar planeó la construcción de un nuevo estadio de fútbol. Se puso manos a la obra: compró terrenos al lado del estadio de Chamartín y comenzó la construcción de lo que hoy es el estadio Santiago Bernabéu. Fichó a Alfredo Di Stéfano tras la exhibición que dio con River Plate en las Bodas de Oro del club blanco. Y a partir de esa sociedad todo vino rodado: los blancos ganarían cinco Copas de Europa de manera consecutiva con una plantilla que reunía a lo más selecto del panorama futbolístico mundial. Por sus filas pasaron Puskas, Kopa, Rial, Gento, Didí… Ese fue el comienzo del gran Real Madrid que él soñó (ganó 16 Ligas, seis Copas de Europa, seis Copas de España, una Intercontinental y dos Copas Latinas), y que llevó a cabo durante 35 años en el que se convirtió en uno de los mejores dirigentes del fútbol mundial.

Tras su muerte, acudieron más de 100.000 personas a la capilla ardiente del estadio y se guardó minuto de silencio en varios partidos del Mundial de Argentina 1978. Sus bienes se reducían a un millón de pesetas, su pisitoo en la calle Jericó, otra casita en Santa Pola (localidad conde residía en numerosas fases del año) y una barquita: primero la bautizó como Saeta Rubia em honor a Di Stéfano. Tras la salida de este del club en 1964, la renombró como Marizápalos, en homenaje a su mujer, doña María. Así se marchaba el presidente más trascendente en la historia del club blanco.