La cuenta atrás del Barcelona (7): así llega Luis Suárez
La recuperación del uruguayo, que todavía no ha jugado a las órdenes de Quique Setién, puede resultar un factor diferencial en el desenlace del campeonato.
La pandemia del COVID-19 ha dado una oportunidad a Luis Suárez que ya no esperaba. Lejos de los terrenos de juego desde enero, cuando decidió operarse porque la rodilla derecha le dijo basta después del partido contra el Atlético de Madrid en la Supercopa de España, su regreso estaba previsto para mayo. En teoría, casi todo iba a estar ya decidido. Sin embargo, el larguísimo paréntesis de la competición, que se detuvo a principios de marzo, le ha permitido recuperarse y, sobre todo, estar listo para ayudar a un equipo que, sin duda, le necesita. "Es un salvaje", llegó a decir Eder Sarabia, ayudante de Setién, para definir su trabajo en la recuperación, que ya apuntaba a adelantar plazos aunque no hubiese existido parón.
La operación de Suárez permitió elucubrar con la posibilidad de que no volviese a ponerse la camiseta del Barça, loco como va el club azulgrana por el fichaje de Lautaro Martínez. La posibilidad de que Suárez se marchase rumbo a la MLS, Miami en concreto, si no terminaba de recuperarse, había tomado cierto cuerpo. Ahora nadie habla del futuro de Suárez. Sólo de su recuperación y de su penúltimo servicio al Barça.
El estado en el que regresará Suárez es una incógnita. El jugador admitió que necesitaba contacto con sus compañeros para saber cuál era su estado real. Giros para comprobar si su rodilla está recuperada, disparos... Con once goles y siete asistencias, Suárez estaba siendo de nuevo uno de los jugadores más importantes del Barça. Como siempre. El que más daba la cara fuera de casa, el que había dado las victorias en Getafe y Leganés y el que había colaborado a los empates, que debieron ser triunfos, en Anoeta y Cornellà.
Suárez, que aún no ha jugado a las órdenes de Quique Setién (el anuncio de su operación coincidió con la destitución de Valverde) resultará un alivio para Messi. El Barça había tenido muchos problemas de gol desde la llegada de Setién, tantos que había caído en Valencia (2-0), Madrid (2-0), Bilbao en Copa (1-0) y había ganado hasta seis partidos por la mínima. El uruguayo limpia centrales para su amigo argentino. La categoría de Suárez como jugador, cuarto máximo goleador de la historia del club, está fuera de toda duda. Es un jugador fuera de catálogo. Si el físico le aguanta, Setién ha hecho el mejor amigo posible.