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BARCELONA

La cuenta atrás del Barça (6): así llega Arthur

El brasileño no es capaz de superar las lesiones ni la irregularidad. Setién quiere darle confianza y él no quiere marcharse en verano. Jugó muy bien en Wanda y en el Clásico.

Arthur, en un entrenamiento.
HandoutFC Barcelona via Getty Images

Arthur no ha resultado ser el cañón que impresionó a todos el día de su debut con el Barcelona en el Rose Bowl de Pasadena en el verano de 2018. Aquel estreno prometedor y pirotécnico, en el que las prisas por crear héroes lo acercaron a Xavi antes de tiempo, no tuvo continuidad. Después de una primera temporada en la que el jugador admitió un par de errores de conducta (se fue a una fiesta de Neymar antes de un Clásico y este verano confesó que se había equivocado en la parte física), este año tampoco se ha asentado en el Barça. Unos problemas de pubis el pasado invierno le pararon justo cuando mejor estaba y luego no ha terminado de ser indiscutible.

Arthur ha jugado 16 partidos de Liga y se ha perdido nueve por lesión (problemas en el tendón de Aquiles, golpe, pubis, tobillo...). En las otras dos jornadas, no jugó un solo minuto. Arthur tiene las condiciones para jugar en el Barcelona. Lo ha demostrado. De hecho, dos de sus mejores partidos este curso han sido en el Wanda y contra el Real Madrid. Partidos en los que dejó sello pero que, sin embargo, terminó lesionado en ambos casos. Cada vez que se somete a un sobreesfuerzo, suele caer. Eso le ha impedido tener credibilidad, de ahí la idea del club de meterlo en una operación este verano si el futbolista cambia de opinión. De momento, no quiere moverse.

Si obviamos la lesión que le impidió jugar ante la Real Sociedad antes del parón, Arthur se había ganado un sitio como titular en los últimos partidos de Liga (no había jugado de inicio, eso sí, en Nápoles) contra Getafe y Real Madrid. Es de esperar que mantenga ese status en el regreso y forme un centro del campo de toque con Busquets y De Jong. El que más tiene que ver con la idea de fútbol de Setién. Pero es hora de que el jugador, que parecía haber dado un paso adelante en la pasada Copa América, se consagre. Que aguante los niveles de intensidad el fútbol europeo y que haga un juego más vertical y, sobre todo, más picante. Arthur elige durante muchos minutos de los partidos zonas de confort para recibir y jugar de cara con facilidad. Lejos de la zona donde se cuece el fútbol, se hacen las superioridades y se da el último pase. Tiene una tercera oportunidad.