LAS PALMAS

Se cumplen cuatro años de la primera salvación con Setién

Tal fin de semana como este del año 2016, el técnico cántabro conseguía la salvación de forma holgada, con un equipo admirado en todo el mundo.

La nostalgia y el amor por el buen fútbol queda en la retina de muchos aficionados amarillos en aquella mágica temporada 2015/2016, con la llegada de Quique Setién en la novena jornada de liga. Previamente, había llegado la destitución de Paco Herrera el partido anterior por un enorme descalabrado ante el Getafe, en el Coliseum Alfonso Pérez, sufriendo una derrota por cuatro goles a cero, que acabaría con el entrenador, héroe del ascenso, fuera del banquillo.

Aquel desembarco del cántabro, en el paro por aquel entonces, como ha recordado Miguel Ángel Ramírez en numerosas ocasiones, desde que su no renovación significara el principio del fin del equipo en Primera, supuso todo un soplo de aire fresco en un vestuario que no parecía estar a la altura de la categoría.

El estilo Setién

Sin embargo, con el paso de los encuentros y su primera victoria ante la Real Sociedad, por dos goles a cero, en la jornada 11, el equipo fue despegando gracias a una filosofía de juego muy definida, donde el protagonista era el balón, el toque de primeras y que todo el engranaje de los suyos comenzara por la salida limpia del balón desde la propia portería, ocupada por Javi Varas en aquel entonces. Sin duda, un cambio de paradigma que trajo consigo la mayor época de “jogo bonito” vista en la última década. Así la afición amarilla comenzó a poblar las gradas del Gran Canaria y, a pesar de las derrotas, siempre agradecía a sus jugadores el intento de tratar con mimo al balón y el esfuerzo por mantener la línea.

Un estilo, una camiseta y un modelo que acaparó portadas y artículos de opinión de todo el mundo. ¿Cómo un equipo plagado de canteranos y sin experiencia en Primera era capaz de jugar así y plantarle cara a cualquier equipo? Solo existía un motivo: la dupla formada por Quique Setién y, el no menos querido por la parroquia amarilla, Eder Sarabia.

Aquel año los amarillos consiguieron la permanencia de una forma muy holgada, con 44 puntos, seis más que un Rayo Vallecano que acabaría descendiendo con 38. Se cerraba así la temporada 2015/2016, eso sí, con derrota ante el Málaga (4-1) el 15 de mayo de 2016.

La no renovación y el principio del fin

A partir de aquello, todo se torció en la temporada 2016/2017 con una negociación para la renovación del cántabro, que se filtró por parte del club, con entrevistas incómodas en la propia radio oficial del club y todo aquello que eran alabanzas hacia su buen hacer, con un equipo que se mantenía en mitad de tabla sin problemas, se convirtió en dimes y diretes, con un Ramírez que se vanagloriaba de su gran gestión, con frases como “Setién sabrá de fútbol, pero yo de gestión”, ante las exigencias del entrenador de tomar partido en la toma de decisiones en materia de fichajes.

Todo un mal presentimiento, puesto que, si bien la temporada se salvó con tranquilidad, se realizó una segunda vuelta que dejó mucho que desear, a partir de que Setién dijera que en las condiciones ofrecidas no renovaba. Los jugadores que maravillaron al mundo, comenzaron a dejarse ir y la marcha del técnico se recuerda con tristeza por aquel entonces.

El resto de la historia ya se sabe y aquí está la UD, en Segunda División, a tres puntos del descenso y luchando por mantener la categoría, gracias a la “gran gestión” de la entidad con el caso Setién. El tiempo pone a cada uno en su sitio, que diría aquel.

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