TENERIFE

De la India a Tenerife, cuatro días de odisea

Los ex blanquiazules Nauzet García, Sandro Rodríguez y el grancanario Roberto Eslava salieron el lunes y llegaron a casa este jueves por la noche.

Ni Julio Verne se hubiese atrevido a escribir una historia como la que han vivido en estos últimos tiempos los canarios Nauzet García, Sandro Rodríguez y Roberto Eslava. Los tres estaban jugando en la Primera División de la India, pero debieron emprender un postergado regreso a casa cuyo viaje duró cuatro días. Partieron el pasado lunes y en la noche del jueves aterrizaron en el archipiélago canario.

Nauzet es portero y no llegó a debutar en el primer equipo del Tenerife, aunque llegó a ir convocado 15 veces. A pesar de sus cualidades, siempre estuvo condicionado por las lesiones y viendo que no tenía minutos en el equipo de su tierra emigró: primero al filial del Nàstic, luego al Fuenlabrada, Granada B hasta que llegó a la India.

Allí se reencontró con Sandro, otro producto de la cantera blanquiazul: centrocampista pequeño, rápido y con llegada. Llegó a jugar dos encuentros en Segunda B (Lugo y Alcalá), hasta que marchó cedido al Marino y más tarde a Las Palmas Atlético (coincidió, por ejemplo, con Roque Mesa, ex del Sevilla).

El defensa Eslava, el más veterano de los tres, pasó por varios clubes canarios de Tercera División hasta que llegó al filial amarillo con el que jugó en la división de bronce. En 2017 fichó por el Unionistas de Salamanca y de ahí por el Channai City, donde coincidió con sus otros dos paisanos.

En lo deportivo, no les iba del todo mal ya que su equipo marchaba en una cómoda posición, sin pasar apuros clasificatorios hasta que por el COVID-19 se paró la competición. Entonces, empezó la odisea. No pudieron marcharse a tiempo y se confinaron durante más de un mes en un hotel que poco a poco se fue vaciando quedando casi solo para ellos.

En esta tesitura, se vieron obligados a buscar un plan de viaje ya que donde se hospedaban, iban a cerrar las puertas. Tras mucho consultar y evaluar alternativas se decidieron: les esperaban seis horas por carretera hasta llegar el aeropuerto más cercano y luego otras diez arriba de un avión que les llevaría a Roma. En la capital italiana (país terriblemente sacudido por la Pandemia) hicieron una larga escala esperando por un vuelo que los desplazó a Frankfort. Una vez en Alemania, y tras casi un día de espera, deberían hacer una nueva combinación hasta Barcelona, paso previo antes de llegar, más de 90 horas después, a Tenerife.

“Fue la única solución que había y tuvimos que adaptarnos a ella”, contó días atrás Nauzet García en El Larguero. “Desde el 16 de marzo que no salíamos a la calle”, agregó el arquero justo antes de marchar rumbo a casa en la que le esperaban, ansiosos, sus familiares y amigos.

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