"En Dinamarca volvemos a jugar en un mes, aquí la sanidad ya era fuerte antes del virus"
El exdelantero del Elche, ahora en un Midtjylland, líder de la competición, relata las claves para la rápida desescalada del país nórdico y los efectos controlados del coronavirus allí.
Dinanamarca ha comenzado su fase de desescalada en la lucha contra el coronavirus. Su gobierno ha iniciado un camino “prudente y controlado” para ir recuperando la normalidad. El primer gran paso se ha dado esta semana con la reapertura de los colegios entre estrictas medidas de distanciamiento e higiene, pero Dinamarca avanza. El país tiene registrados algo más de 7.000 contagiados y ha llegado únicamente a los 336 fallecimientos. Amparado en esos datos, el gobierno opta por la reapertura paulatina y con precauciones. Tras los colegios, el lunes seguirán algunos pequeños comercios que estaban cerrados. ¿Y el fútbol? "El plan es que vuelva a mediados de mayo, tenemos tres posibles fechas, ya estamos entrenando en pequeños grupos y creemos que la próxima semana se podrá ya trabajar con todo el equipo", relata a AS Sory Kaka (28-7-1995, Konakry, Guinea), exdelantero del Elche que ahora milita en el triunfante Midtjylland, el líder de la competición que caminaba a ritmo de récord hacia el título. Kaba está muy preocupado por la situación de España, "es como mi casa, mi pareja está allí y sé está siendo duro", afirma y contrapone nuestro día a día al que vive en Dinamarca. "Aquí te sientes seguro, primero porque se actuó rapidísimo y, después, porque antes de que llegara el virus ya había una conciencia sanitaria muy fuerte en todo el país, es algo cultural", relata. El ariete apunta a la "velocidad de las medidas y a la conciencia de la población" como claves para que ahora se viva esta fase ya de desconfinamiento.
La población está habituada a la prevención a diario. "En los espacios públicos, como supermercados, ya se frecuentaba en lavado de manos con gel desinfectante antes de esta pandemia, lo puedes ver cada vez que entras con dosificadores", explica el jugador. Además, las medidas de distanciamiento se secundaron enseguida. A rajatabla. Es más, incluso antes de que tuvieran un carácter oficial el 13 de marzo. Tres días antes, se habían cerrado ya las fronteras (la localización del país nórdico ayuda mucho, con solamente fronteras con Alemania y Suecia) y la población había comenzado ya a teletrabajar, algo bastante implementado en un país con unos 5,6 millones de habitantes. "La gente tiene muy interiorizadas las medidas de distanciamiento, sin que haya hecho falta cerrarlo todo o prohibir salir a la calle, ni mucho menos multas", explica Kaba, subrayando que por la calle apenas se ve a gente con mascarillas. "En España, sé que el confinamiento cuesta más asumirlo", reconoce el futbolista guineano, que además ha vivido en Francia también, “aquí son muy hogareños”.
Y el fútbol danés vuelve porque las medidas han logrado reducir la curva de contagios. Otros deportes importantes como el balonmano han decidido echar el cierre. A primeros de marzo jugadores de Brondby y Lyngby tuvieron que pasar una cuarentena por haber estado en contacto con una persona portadora del Covid-19, se disputó una jornada más y el fútbol paró. “Pero en ningún momento ha planeado la posibilidad de dar por terminada la competición, como está pasando en Bélgica o en Holanda, aquí nunca se ha hablado de eso”, dice el exdelantero del Elche. Es más, las fechas para volver están ya fijadas. Será a mediados de mayo. Hay tres opciones. La primera sería completar la jornada 25 el 17 de mayo. Si fuera demasiado, se han propuesto los días 24 o 31 de mayo. “Pero creemos que será a mediados porque la intención es ya ir la próxima semana a trabajar en grupo, lo suyo sería tener dos semanas en grupo para ponerte a tono y así evitar lesiones, pero se hará lo que se pueda para jugar”, avisa Kaba, quien tras conocer el fútbol español y el francés se deshace en elogios con el danés por su organización y profesionalidad.
“Llevamos ya dos semanas entrenando en pequeños grupos de seis; nos cambiamos en casa y así limitamos el contacto en las instalaciones, termina el entrenamiento, nos dan una comida preparada para llevar a casa y volvemos, en total no estamos más de ocho juntos”, relata explicando que no ha tenido que pasar ningún test. Kaba reconoce también flexibilidad y que no se ha prohibido la preparación en los centros de entrenamiento. “Yo he venido casi a menudo, porque además estoy saliendo de una lesión y puedo trabajar con el recuperador, aunque estaba también la opción de hacerlo en casa, si el jugador por alguna razón tiene dudas, te dan la posibilidad de no desplazarte, tú decides”, explica destacando, igualmente, el arduo trabajo táctico telemático que están llevando a cabo para estar preparados “para jugar mañana si hiciera falta”. Las aplicaciones con clips, el material de visionado más charlas tácticas, son una constante.
Sory Kaba llegó a Dinamarca procedente del Dijon francés. Este se lo había comprado al Elche pagando su cláusula de rescisión de unos cuatro millones y ahora espera que el coronavirus no le prive de ganar su primera liga a este nivel en el campo y, después, de poder conseguir el acceso a la Champions vía fase previa. “Guardo gratos recuerdos del Elche, y después la experiencia en Francia, que aunque no fue todo lo buena que me hubiera gustado, me permitió estar cerca de mi familia y de aprender algo nuevo, el Midtjylland ya me quería cuando estaba en el Elche, así que no fue difícil venir y las cosas están saliendo”, afirma. Además, el parón le ha venido bien para recuperarse de una lesión. Sory, que empezó a jugar al fútbol seriamente en las filas del Alcobendas, antes había tenido que convencer a su padre, que optaba por que se inclinara por los estudios. “Al final ha salido bien, prefería levantarme a las 5 de la mañana si era para dedicarme al fútbol...”, confiesa, “y si ganamos la liga y puedo llegar a jugar la Champions será un sueño hecho realidad”.