¿Por qué unos clubes tienen más prisa que otros con los ERTE?
Las leyes, los contratos y AFE frenan, de momento, la cascada. En Segunda se exigen soluciones ya por problemas de tesorería. Otros prefieren dialogar.
Mientras los clubes se reúnen entre ellos para consensuar estrategias contra la crisis, la mayoría también se pelea con sus jugadores a estas horas para pedirles que colaboren cuanto antes y no a su debido tiempo, como ellos exigen. Unos están encontrando facilidades (Alavés), otros parece que van a salir tarifando (Barça) y alguno más lo ha deslizado oficialmente pero no se lo ha comunicado aún con pelos y señales a su vestuario (Saúl dixit). Los futbolistas están presentando batalla. Los capitanes ya han dejado claro a AFE, la última vez el pasado viernes y sábado en dos reuniones telemáticas diferenciadas por categorías, que están por la labor de ayudar a todo aquel que lo necesite en estos duros momentos. De hecho, aunque en los medios los focos se centren en Messi (un millón de euros para la causa) y en otras grandes estrellas, la mayoría están contribuyendo con diferentes donaciones. Sin embargo, no tragan con los ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo).
Muchos dirigentes creen que los futbolistas sólo quieren ganar tiempo y negociar una baja salarial cuando tengan todos los datos en la mano: cuándo se reinicia el campeonato, cuándo acaba y cuáles han sido las pérdidas. No confían mucho en que FIFA pueda dictar una orden general, porque cada contrato es una historia, aunque verían bien limitar los salarios. Sin embargo, los clubes consideran que los futbolistas en España están jugando con fuego y que ya están siendo señalados por la opinión pública, ya que los profesionales de la Bundesliga se han bajado el sueldo en un 20%, los clubes alemanes en Europa ayudan a los modestos y los jugadores de la Juve van a ahorrar 90 millones a su club en este parón. Y aun así, hay presidentes más y menos inquietos por este supuesto posicionamiento en LaLiga, siendo los de Segunda los más apurados. La razón de esta doble velocidad es múltiple.
Por un lado, como asegura un estudio realizado por Palco23,"la evolución del negocio en los últimos cinco años en los clubes revela la clara correlación del dinero de la televisión al pago de salarios, pero los presupuestos revelan que hay clubes que podrían sostener su masa salarial, mientras que para otros es básico para sobrevivir". No todos están igual de estresados.
Además, los continuos cambios que se están produciendo en la legislación laboral influye. El pasado 27 de marzo se aprobó un nuevo Real Decreto por el que se "prorrogará automáticamente" los contratos de aquellos deportistas profesionales afectados por un ERTE derivado del COVID-19, ya sea por fuerza mayor o por causas económicas, organizativas o de producción. De esta manera, muchos clubes han entendido que es mejor esperar y alcanzar un acuerdo para reducir el salario durante el tiempo sin competir sin que eso afecte a las primas, a la ficha o a los derechos de imagen. Sólo a los ingresos mensuales.
La naturaleza de los contratos de los futbolistas también cuenta. Los clubes con más prisas por aclarar el panorama son aquellos que abonan sus ingresos a los jugadores en 12 o 14 grandes pagas iguales. Los que se lo toman con más calma son aquellos, como los más grandes, que siguen pagando con el método antiguo: 12 pagas más o menos razonables para las cifras que maneja un profesional de élite y dos extras, normalmente en Navidad y junio, donde se abona el grueso de la ficha. Estos clubes no ven problema en esperar y que los reajustes se hagan en base a la paga de verano.
En definitiva, todos los clubes tienen temores, pero unos ven peligrar sus beneficios y otros, sencillamente, tienen urgencias a corto plazo de tesorería. "Se está hablando de muchas soluciones para lo que puede pasar y no para lo que está pasando", asegura un vicepresidente de Primera. "Hay clubes que no quieren pagar y existen clubes que no pueden pagar. Y prontos vamos a tener problemas con los pagos de los alquileres de jugadores", asegura el dirigente de un histórico club de Segunda. Aquí hay partido.