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RUMANÍA

El polémico presidente del Steaua ordena volver a entrenar: "En casa no hacen lo que deben"

George Becali asegura que cumplirían con las indicaciones de la OMS, pero que su plantilla no puede entrenar "en una casa de veinte metros cuadrados".

El presidente del Steaua de Bucarest, George Becali.

George Becali es el presidente del Steaua de Bucarest, y fuera de Rumanía es más conocido por sus polémicas declaraciones, como por ejemplo las que hizo cuando su equipo quedó encuadrado contra el Vitoria de Guimaraes en la Europa League: "Son tan malos me cortaré la cabeza si nos marcan".

Ahora tal y como recoge O Jogo, Becali, quiere que su plantilla abandone el confinamiento por el coronavirus para entrenar en campo abierto, siempre siguiendo las indicaciones de la OMS: "No estamos entrenando, pero volveremos. La ley dice que hay que mantener un metro de distancia y que ni puede haber más de cincuenta personas en un mismo espacio. Eso significa que no pueden estar en el vestuario, pero sí que pueden hacer ejercicio en el campo. Si les damos planes de entrenamiento para hacer en casa, los jugadores no los harán. ¿Van a hacer esto en un apartamento de veinte metros cuadrados?".

El presidente rumano está convencido de que si consultan a los futbolistas darán el visto bueno a pesar de que las probabilidades de contraer coronavirus serían mucho más altas que si se quedan encerrados en casa: "No vamos a entrenar con balón porque requiere contacto. Es solo entrenamiento físico. Los jugadores entenderán esta decisión. Si se saludan, nos detenemos y los enviamos a casa. Simplemente les preguntaremos si quieren entrenar al aire libre o en una casa con veinte metros cuadrados. Respetaremos la ley. Los jugadores se quedarán a seis metros de distancia y al final volverán a casa de inmediato. Todos se ducharán en casa".

Finalmente, Becali aseguró que contribuirá a controlar la pandemia haciendo que una empresa de dedique a fabricar 5.000 trajes protectores y mascarillas al día para donar a los hospitales que las necesiten: "Hablé con la fábrica más grande de Rumanía y les dije que dejaran de hacer lo que estaban haciendo y que fabricasen sin parar máscaras y ropa protectora. Voy a comprarlo para entregarlo a los hospitales. Harán 5.000 por día".