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La African Football Talent Academy, el vivero del Real Valladolid en Ghana

Fran Castaño, su precursor, desgrana las claves de una academia cuyos talentos brillan defendiendo la camiseta blanquivioleta.

Valladolid
PHOTOGENIC/PABLO REQUEJODIARIO AS

Hace dos años y medio, el Real Valladolid comenzó a forjar una relación que ha tenido ya sus frutos y que promete llenar sus arcas el próximo verano. La llegada de Mohammed Salisu se convirtió en la primera de las operaciones entre el club y la African Football Talent Academy que dirige en Ghana el madrileño Fran Castaño. Desde entonces, cinco han sido los futbolistas que han recalado en Los Anexos. Y vendrán más.

"Ofrecí a Salisu a otros equipos y nadie le quería. Cuando vi que al juvenil del Valladolid del Valladolid lo entrenaba Víctor Fernández, con quien había coincidido en el Leganés cuando era analista del equipo, hablé con él. Desde el primer momento él y Alberto Marcos confiaron en mí", narra Castaño. Así comenzó una relación extendida a Miguel Ángel Gómez también, y que ha favorecido al crecimiento de la academia. "Es una relación en la que ganamos ambos, por eso tenemos una especie de pacto y todos mis jugadores irán allí si ellos quieren", prosigue.

A Salisu le siguieron Saeed y Baba, hoy en otros clubes de Europa, Amoah, cedido en el Atlético Tordesillas, y Amoah, que milita en el primer equipo juvenil. "Me gustan el club y la ciudad, y cómo acogen a mis chicos. Esto solo puede salir bien. Seguro que Salisu no será la última alegría", aventura el director de la African Football Talent Academy, que recuerda que la academia lleva apenas dos años y medio en funcionamiento. Concretando, afirma que "las generaciones de 2003, 2004 y 2005 son muy buenas" y que "de ahí saldrán talentos de nivel". Entre ellos se encuentra el hermano de Salisu, Rabiu, central zurdo, como Mohammed.

Talento autóctono

El día a día de la African Football Talent Academy es "como el de cualquier otro centro de alto rendimiento, pero con unas grandes limitaciones a nivel de instalaciones". Por la mañana se hacen entrenamientos grupales y por las tardes se intenta trabajar mucho individualmente en la mejora de los futbolistas. Además, "los chicos aprenden español, van al colegio, juegan partidos…". Se busca que la rutina esté lo más cerca posible del profesionalismo, dentro de las capacidades del país y de la propia academia, conformada por técnicos autóctonos a excepción del director.

Fran Castaño soñó desde que era niño con entrenar a niños africanos, tanto que con seis años se dibujaba haciéndolo. Después de varias experiencias por África, hace varios años se decantó por Ghana para llevar a cabo sus planes. Lo hizo "por su gente, por su estabilidad como país, por el idioma, por su talento y por lo que supone el fútbol aquí". Como se puede entender, le costó "llegar a conocer bien el país", pero ahora aplica sus ideas en un proyecto con muchas implicaciones profesionales y personales.

Y desde su día a día en Ghana sigue tanto como puede las andaduras de sus futbolistas en Valladolid, orgulloso del camino iniciado por Salisu y continuado por el resto de talentos que exportó. Y a menudo recibe su cariño, pues no es extraño ver en las redes sociales de Salisu o Amoah buenas palabras hacia Castaño. El fútbol, en el fondo, también es eso

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