La Real ya sabe lo que es la suspensión de una final
Ocurrió en la Supercopa de 1988 después de haber ganado la Copa del Rey el año anterior, frente al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis.
En el actual contexto de preocupación por el avance imparable del virus COVID19, en plena crisis del coronavirus, la final de la Copa del Rey pueda ser una de las cosas que menos importancia pueden tener. Pero en el entorno de la Real Sociedad, de forma inevitable, se mira de reojo de forma constante a las últimas noticias sobre ese decisivo partido que decidirá el campeón del torneo del KO de esta temporada. Porque han pasado más de tres décadas desde que el equipo realista jugará su última final de un campeonato nacional.
Y es que la amenaza de que la final no pueda jugarse porque la actual preocupante situación no mejore y tenga que suspenderse definitivamente crece según pasan las horas. Nadie puede asegurar que vaya a disputarse, por mucho que la Federación Española de Fútbol contemple esa opción como la última a tomar, la más extrema en caso de que la crisis del coronavirus no haya remitido antes del 30 de junio, cuando termina oficialmente la actual temporada y todas sus competiciones.
Pero si hay un club que conoce lo que es no poder jugar una final copera ese es la Real Sociedad, que ha vuelto a clasificarse para jugar la final de Copa y puede vivir una situación que ya sufrió en 1988, por los mismos motivos a los actuales, aunque en un contrato totalmente diferente a los que hoy sobrecogen a la sociedad española. Ocurrió con la Supercopa de 1988 que tenían que disputar el equipo txuri-urdin como campeón de Copa en 1986-87, y el Real Madrid como campeón de liga de esa campaña anterior. Igual que está ocurriendo este año, el problema radicó en que no se pudieron encontrar huecos en el calendario como para poder disputar la final de la SuperCopa de ese año, y por tanto ella competición se suspendió y el título quedó desierto.
Las razones no se parecían en nada a las de este año, porque si no hay hueco en el calendario será porque la crisis del coronavirus impide poder volver a practicar deporte con normalidad antes de que se cierre el presente curso. La Real ve con preocupación como está más que en el aire la disputa del partido más ilusionante de sus últimos 30 años de historia, algo en lo que sería reincidente porque ya sufrió la última suspensión de una final en la historia del fútbol español. Desde la Federación le piden tranquilidad, incluso tienen la intención en las próximas horas de fijar una nueva fecha, después de aplazar la fecha anterior de la final, que iba a celebrarse el 18 de abril. La intención es esperar a que pase este alerta sanitaria para poder jugar la final a finales de mayo, seguramente el 31 de mayo, preferiblemente con público. Porque antes de plantear la suspensión definitiva, se intentaría buscar la alternativa de disputar el encuentro entre la Real y el Athletic de Bilbao a puerta cerrada.